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Ambiente 2022: Otro año donde el fuego fue uno de los protagonistas

En estos 12 meses las noticias ambientales cobraron más fuerzas y notoriedad, pero se debió en mayor parte a los problemas que afectan al medioambiente que son cada vez más claros para todos los sectores de la sociedad, ya que estos nos afectan a todos. En Argentina casi todos los días tuvimos un incendio forestal. Mirá el repaso de lo que dejó el fuego.

Por Marcos Molina

2022 de humo y cenizas en Argentina

Después de casi 365 días podemos mirar para atrás para realizar un breve repaso de lo que nos dejó este 2022 en materia ambiental. En esta ocasión repasaremos un poco de lo que pasó con los incendios en Argentina. Cada vez que se reporta un incendio en el país hablamos de una situación que no puede ser controlada al menos en un inicio, asimismo a medida que se desarrolla consume algún tipo de vegetación para expandirse. Según los datos oficiales el 95 % de los incendios forestales en Argentina son producidos por el accionar humano. Entre las principales causas se encuentra el uso del fuego para la preparación de áreas de pastoreo o para liberar zonas de cuerpos verdes.

Es necesario destacar que existen factores climáticos, como la falta de precipitaciones, las sequias, las altas temperaturas, el bajo porcentaje de humedad, las heladas constantes y los vientos fuertes, que inciden en la propagación de los focos.

La pérdida de vegetación aumenta la crisis climática, la cual a su vez es un factor importante que contribuye a que los incendios sean más propensos por lo que la situación ambiental es sumamente complicada. Además, dependiendo de la zona donde el foco se origine este puede ser más difícil de ser extinguido.

¿Los incendios fueron algunos de los protagonistas del año?

Y sí, lamentablemente al igual que en el año pasado, las llamas y el humo fueron protagonistas este 2022. El 31 diciembre de 2021 nos dejaba con incendios en más de 9 provincias, entre ellas Santa Fe, justamente en este marco el Gobierno Nacional declaró Emergencia Ígnea en todo el país, decisión acompañada por el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA). Sufrimos un “ecosidio”, focos virulentos en diferentes puntos del país que arrasaron con la vida vegetal y animal. En varios casos los incendios llegaron a zonas urbanas.

Los primeros días de enero, el humo producido por los incendios en el Delta del Paraná, invadió la ciudad de Santa Fe y esto fue solo el comienzo, de un año en donde los santafesinos y santafesinas veíamos humo casi tan seguido como nubes.

 

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No solo tuvimos incendios forestales en las islas, sino que hubo incendios de pastizales en diferentes autopistas, generando un escenario peligroso, que milagrosamente no provocó ningún accidente de tránsito, al menos reportado.

 

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Hubo varios incendios importantes y horriblemente largos este año, pero sin duda uno de los que nunca vamos a olvidar es el de Corrientes. El fuego en la provincia afectó al menos el 11% de su territorio. Lo que significó más de 934.238 hectáreas quemadas, un número que cuando se dimensiona lo grande que es, nos deja paradójicamente helados. Esta terrible situación demandó el trabajo de las autoridades provinciales, nacionales (Servicio Nacional del Manejo del Fuego), grandes donaciones de la sociedad; siendo una de las más importantes organizada por el influencer Santiago Maratea, la cual logró recaudar más de 100 millones de pesos. Pero, la situación tuvo un importante cambio cuando las lluvias se hicieron presentes en la provincia que lo necesitaba más que ninguna otra.

El gobernador Gustavo Valdés declaró a Corrientes como “zona de catástrofe ecológica y ambiental” en febrero.  Las llamas duraron hasta el 12 de marzo, pero el largo trabajo de recuperación –de lo que se puede recuperar ya que hay mucho que se perdió para siempre-, continúa y continuará.

 

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El martes 19 de abril tuvimos el primer día sin llamas en el país, después de focos continuos, pero esto se convirtió en un hecho inusual ya que lamentablemente tuvimos casi todos los días algún incendio en Argentina.

 

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Durante este 2022 todas las provincias reportaron algún foco activo en algún momento. Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, Misiones, Tierra del Fuego, Corrientes, Río Negro, La Pampa y Catamarca son algunas de las que destacaron por lo largo de sus focos.

Así este año el humo excesivo en las provincias que comparten el Delta del Paraná (Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aire) hacen evidente la pérdida de bosque nativo, humedales y biodiversidad; por los incendios. La situación de los incendios es realmente adversa ya que significan la pérdida de humedales los cuales nos brindan importantes servicios ecosistémicos, fundamentales para mitigar el Cambio Climático, evitar inundaciones y regular el clima.

 

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En septiembre en Rosario se recomendó usar barbijo, pero no por el COVID-19 sino por la inmensa cantidad de humo que había invadido a la ciudad, convirtiéndola en la localidad con el aire menos sano de Argentina durante unos días.

Esto nos lleva a un gran eje y deuda de este 2022, otro año más sin una Ley de Humedales.

La Ley de Humedales es pedida hace más de 10 años por la ciudadanía, fue presentada en 2013 y en 2016 logrando la media sanción por parte del Senado, pero nunca se la trató en Diputados por lo que perdió estado parlamentario en ambas oportunidades.

Este 2022 nunca se dejó de pedir por una Ley de Humedales y no la pedían solo los ambientalistas, sino que era un pedido de gran parte de la sociedad, que ya padecía en carne propia, o “pulmón propio”, el humo de los incendios. Diferentes colectivos como la Multisectorial de Humedales se pusieron la lucha ambiental en los hombros y organizaron una gran variedad de manifestaciones pacíficas para pedir una ley que cuide estos importantes ecosistemas. Así en diferentes partes del país se hicieron Acciones Plurinacional por los Humedales. Entre las más destacadas están la manifestación y acampe en la cabecera del puente Rosario-Victoria o la movilización en la ciudad de Santa Fe.

Después de muchas luchas y adversidades en noviembre en Diputados se logró un dictamen de dos proyectos el interbloque de JPC logró un dictamen de mayoría sobre el proyecto de ley de la santafesina Ximena García con 53 firmas, contra las 47 del oficialismo, mientras que este espacio, con el apoyo de otros bloques minoritarios, presentó un texto de minoría.

El proyecto de “Presupuestos mínimos para la conservación y uso racional de los humedales” iba a ser el primero en ser considerado cuando el tema llegue al recinto, cosa que en este 2022 nunca pasó. Esta norma es mucho menos restrictiva en cuento a la actividad productiva, en contrapartida el proyecto de la minoría; conocido como la “Ley de presupuestos mínimos de protección ambiental para el uso racional y sostenible de los humedales” del expediente n° 75-D-2022. Esta última es el fruto del trabajo de varios años de académicos y movimientos ambientalistas por lo que la denominan como proyecto consensuado.

La Ley de Humedales tendría que haber sido debatida formalmente en el plenario de la Cámara de diputados, pero no pasó y es una de las grandes deudas de este 2022.

Lo cierto es que la ley no va a impedir los incendios en el Delta, ya que la gran mayoría son completamente ilegales, por varias leyes que rigen actualmente como: la Ley de Manejo del Fuego, o la Ley de General de Ambiente, o en Santa Fe, la Ley Provincial N° 11872 o convenios Internacionales que protegen a los humedales o incluso el Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (PIECAS-DP). La Ley tampoco viene a hacer que la gente no pueda producir. Lo que haría es que, si hay un humedal, se tiene que hacer un estudio de impacto ambiental para determinar si se puede producir en dicho lugar. También hace que, si en algún lugar hubo un incendio antrópico o a raíz de la crisis climática, se tiene que hacer un trabajo de restauración. Hasta que eso no termine, a ese lugar no se le podría hacer nada.

La lucha por una Ley de Humedales continuará lamentablemente en 2023.

¿Por qué no se soluciona el problema del fuego en Argentina?

Esta pregunta tiene varias respuestas, en primer lugar, la mayoría de los incendios son intencionales, aunque existen casos de incendios no intencionados que son a raíz de importantes irresponsabilidades. Por lo que su control es sumamente difícil. Además, el contexto climático de altas temperaturas, sequía y fuertes vientos hacen que la combustión de focos sea más propensa.

Cabe destacar que según la Ley 26815 de Manejo del Fuego las provincias son las responsables de las situaciones en sus territorios, y el Gobierno Nacional puede asistir a las provincias, pero solo una vez que se le solicita, cosa que creo que puede mejorarse para acortar los tiempos burocráticos ante emergencias ígneas como la que tuvo Corrientes este año.

El gran problema es que los responsables no terminan rindiendo cuentas a nadie. Por un lado, cuando hay un incendio la primera tarea es controlar la situación y logar extinguir el foco, por lo que la pericia para identificar a los posibles responsables no es la primera prioridad, y es algo difícil de hacer.  Actualmente el Gobierno Nacional a través del Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible lleva presentado varias denuncias por las quemas intencionales realizadas en el Delta del Paraná ante la Fiscalía Federal de Primera Instancia de Victoria. Pero por el momento la Justicia Federal solo proceso a siete personas por incendio doloso en la zona. Si bien es un avance lo cierto es que falta mucha celeridad en la Justicia para su accionar y en las medidas de prevención en los gobiernos locales.

Lo destacable en la lucha del fuego

En primer lugar, sin lugar a duda son los y las brigadistas que ponen el cuerpo y combaten las llamas, esta lucha es muchas veces compartida por bomberos, bomberos voluntarios y diferentes fuerzas de Seguridad.

Hay varios funcionarios que desde su lugar ponen lo suyo ante las emergencias, por más que no significa correr detrás de las llamas, todo operativo tiene que gestarse de forma correcta para que este salga de la mejor forma posible.

Este año el Gobierno Nacional, realizó varias mejoras al Servicio Nacional del Manejo del Fuego, aumentado su presupuesto, mejorando la situación laboral de brigadistas y agentes de Parques Nacionales, comprando elementos y equipamientos para facilitar el combate contra el fuego. Además, se realizaron diferentes convenios con las provincias para mejorar las respuestas ante los incendios.

La educación brindada por Ley Yolanda y la ley de educación ambiental integral son muy importantes para prevenir los incendios desde otras perspectivas, estas leyes están en un estallido inicial de su aplicación por lo que aún falta más desarrollo en 2023, pero no dejan de ser sumamente positivas.

Otra buena política son las Torres de Monitoreo de incendios que forman parte de la Red de Faros de Conservación para prevenir incendios en el Delta y la incorporación de drones para la detección temprana de incendios en los Parques Nacionales.

 

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En Santa Fe también se realizaron importantes avances como la realización de los Inventarios de Humedales, sumaron más brigadistas y trabajó muy bien con el Gobierno Nacional, llegando incluso a lograr un acuerdo para financiar el combate de incendios forestales por 424 millones de pesos con la cartera ambiental.

Se mejoró la infraestructura del único Parque Nacional de Santa Fe (Islas de Santa Fe) para la prevención y respuesta de incendios.

En este 2022 el fuego fue uno de los protagonistas del año, lo mejor que podemos esperar que para el 2023 es que el fuego pase a ser un extra y no lo veamos tanto.

 

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