Instagram Live con Pablo Morant
El Flaco Morant, exjugador y DT de Colón, llegó al club en 1997 sin pensar que sería el lugar donde, seis años más tarde, pondría fin a su carrera como profesional. Recordado desde siempre por los hinchas, tuvo el orgullo de formar parte del equipo que, por primera vez clasificó, al conjunto Sabalero a la Copa Libertadores.
Pablo Javier Morant llegó a convertirse, con el paso de los años, en uno de los jugadores más reconocidos y más queridos por el hincha de Colón.
Nacido en Esquel, Chubut, debutó como profesional en Gimnasia y Esgrima La Plata en 1990, previo paso por Racing de Trelew, donde empezó jugando de delantero, pero llegó a Primera como volante central.
El destino quiso que tras un paso por el Hércules de Alicante, donde jugó en la temporada 1996-1997, llegara a Santa Fe sin pensar, en aquel momento, que se convertiría en el lugar que lo cobijaría hasta el final de su carrera como futbolista profesional, y donde vivió momento que lo marcaron a fuego, como la inundación del 2003.
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Su llegada a Colón y la Copa Libertadores
El Flaco llegó a Santa Fe con 27 años, en la plenitud de su carrera como futbolista profesional para formar parte de una las partes más importante de la historia de Colón en el plano deportivo.
Con Morant como protagonista, el conjunto del barrio Centenario fue subcampeón en el Clausura 1997, logró el ingreso a su primera Copa Libertadores en el mismo año, y clasificó con el club a la primera Copa Sudamericana, en el 2003, previo a su retiro.
“Jamás pensé que Colón y Santa Fe iban a representar tanto para mí”, reconoció el ex marcador central en el Instagram Live de SOL 91.5.
Sobre los equipos que integró, el Flaco aseguró que tuvo la suerte de estar rodeado a lo largo de los años de muy buenos jugadores y destacó la jerarquía de los técinos que tuvo: “De todos los DT tomé algo para mi desarrollo como entrenador. En Colón me tocó tener a Fossati, Gareca, Russo, el profe Córdoba, Bauza, que son grandes técnicos”, afirmó.
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Pasado, presente y futuro como DT
Además de su pasado como jugador, Morant tuvo la posibilidad de tener dos ciclos como entrenador de Colón. La primera fue en 2004, a poco de su retiro, y la segunda chance fue nueve años más tarde, donde dirigió 13 partidos. También desarrolló su trabajo como DT en Huracán de Tres Arroyos, Gimnasia y Estudiantes de San Luis.
Sin embargo, si bien recientemente formó parte del cuerpo técnico de Hernán Cristante en el Toluca de México, su vocación está ligada al trabajo en las divisiones formativas, donde tuvo un gran resultado como coordinador de Gimnasia La Plata, pero no pudo tener el mismo rédito, en un momento complicado en lo institucional en Colón.
En el Lobo, su coordinación, llegaron a Primera División jugadores de la talla de Nacho Fernández, Fito Rinaudo, Milton Casco, Lisandro Magallán y Alan Ruiz, por mencionar algunos, aunque si bien se siente orgulloso del trabajo realizado, considera que el gran mérito es de los jugadores: “Creo que nuestro rol es el acompañar y apuntalar el desarrollo de los jóvenes, sabiendo que no solo debemos perfeccionar al futbolista, sino fundamentalmente formar buenas personas”.
Así, claro conceptualmente y con ideas claras y para nada complejas, el Flaco Morant espera por una nueva chance, que le permita volcar todo su bagaje de experiencia en pos de la aparición de nuevos valores. Y aunque Colón significaría como volver a un lugar en el que fue feliz, sabe que no depende de sus ganas el volver algún día a tener la posibilidad.
“Claro que me gustaría algún día volver, pero no sé si forma parte de un objetivo. Ciertamente creo que si en algún momento se da la chance, sería la posibilidad de trabajar en un club que representó y representa mucho para mí, y que puede nutrirse de muchos chicos porque está en una zona en la que surgen muchos jugadores”, aseguró el ex defensor.
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