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Murió Ramón Ayala, uno de los máximos exponentes de la música del litoral

El cantautor, creador de clásicos como "El cosechero" y "El Mensú", falleció a los 96 años en el Sanatorio Güemes. Su legado musical es extenso y eterno.

La música de luto: falleció Ramón Ayala

El músico misionero, Ramón Ayala, uno de los máximos referentes de la música litoraleña, murió a los 96 años en el Sanatorio Güemes, donde permaneció internado en estado delicado poco más de 10 días a causa de una complicación de un cuadro de neumonía.

Su nombre real era Ramón Gumercindo Cidade. Nació el 10 de marzo de 1927, en el pueblo de Garupá, a 15 kilómetros al sureste de Posadas, frente al río Paraná, y en la frontera con Paraguay. Se instaló en Buenos Aires durante su adolescencia, luego de la muerte de su padre, etapa donde comenzó con el aprendizaje de la guitarra. Acompañó al cantor cuyano Félix Dardo Palorma y, alentado por el maestro Herminio Giménez, comenzó a trabajar el repertorio litoraleño.

A lo largo de su trayectoria, Ayala fue compositor, intérprete, guitarrista, pintor y narrador de historias. Se le atribuye la creación del “gualambao” y un extenso cancionero que incluye piezas clásicas como “El jangadero”, “El mensú”, “El cosechero” y “Canto al Río Uruguay”, entre muchas otras.

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Ramón Ayala: el gualambao

En la década de 1960 Ayala creó el gualambao, con la intención de darle un estilo propio y único a su provincia. El gualambao está formado por dos ritmos de polca encadenados por una permanente síncopa que le confiere una fisonomía particular. Se escribe en compás de 12/8 (doce octavos), es decir que cada compás posee 12 corcheas distribuidas entre 4 tiempos.

En 1962 viajó a Cuba, invitado por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Allí pudo conocer al revolucionario a Ernesto ‘Che’ Guevara, y comprobar que su canción “El mensú” había sido cantada en los fogones revolucionarios de la Sierra Maestra durante la Revolución Cubana.

El propio Ayala comentó: “En 1963 compuse ‘El cosechero’, que fue un éxito enorme. Y ‘El jangadero’, que Mercedes Sosa cantó como nadie. Desde entonces no paré de componer“.

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