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Una fábrica de sueños: Warner Bros. cumplió 100 años

Uno de los estudios cinematográficos más emblemáticos de Hollywood. Warner Bros. fue fundado el 4 de abril de 1923. Algunos hechos que marcaron sus 100 años de historia.

Warner Bros: 100 años de historia ininterrumpida 

El contexto de celebración es, como mínimo, peculiar. En la actualidad, la empresa Warner Bros. atraviesa uno de sus momentos más delicados respecto a su economía. Diversos proyectos estrenados recientemente han sido “bombas” de taquilla, esto significa, que no lograron recaudar los números estimados para justificar su producción. Las diversas entidades que conforman la firma de Warner han diagramado su propio plan estratégico para hacerle frente a una situación compleja, que muchos advierten podría terminar con el histórico estudio siendo adquirido por una empresa de mayor solvencia.

Pero esta semana, los estudios de Warner están de fiesta, al celebrarse su 100° aniversario. Fundada el 4 de abril de 1923, la empresa marcó un antes y un después en la industria del cine, siendo el hogar de algunas de las obras y artistas más reconocidas de la historia del medio cinematográfico.

100 años abarcan mucha historia: dos Guerras Mundiales, la llegada del cine sonoro, la explosión de la televisión, el auge de internet, una pandemia que cambió el panorama de consumos culturales, situaciones que han puesto en riesgo, en más de una ocasión, la trayectoria del celebrado estudio.

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Warner Bros: una fábrica de sueños

La fundación de la firma ocurrió en 1923 gracias a la intervención de los hermanos Harry Warner (1881-1958), Albert Warner (1883-1967), Sam Warner (1887-1927) y Jack Warner (1892-1978); aunque la génesis del interés de la familia Warner por el cine data de 1903, cuando Harry funda su propia sala de proyecciones, uno de los negocios más rentables de la época. Posteriormente, el resto de los hermanos se sumaría al emprendimiento.

Eventualmente dejaron el negocio de las proyecciones para dedicarse a la distribución de películas, bajo el nombre de Warners Pittsburgh. Pero pasarían algunos años hasta que decidieran comenzar a producir películas propias. En 1923, se instalan en un pequeño edificio de Sunset Boulevard (Hollywood), un lugar al que bautizan Warner Bros.

Con el devenir del teatro vodevil y la comedia musical, los historiadores y estudiosos marcan la llegada de las películas musicales como uno de los primeros hitos históricos de Warner, uno que sin dudas comenzaría a dar forma al perfil de la empresa. De hecho, tal fue el caso del film de 1927, El Cantante de Jazz (Alan Crosland), considerada la primera película sonora de la historia del cine. Fueron años de marcado éxito comercial, con grandes logros económicos en la taquilla y la aparición de las primeras “estrellas”, las celebridades que aportaban glamur y solvencia al estudio de cine.

Al Jolson, protagonista de The Jazz Singer (1927)

Sin embargo, toda moda eventualmente llega a su fin, y hacia comienzos de 1930, los musicales habían perdido su impacto en el público. El quehacer cinematográfico se estaba expandiendo, y algunos eventos de la realidad cotidiana habían comenzado a filtrarse dentro de la industria. Es así que empieza el momento de auge de los géneros, especialmente las películas de gangsters y las obras épicas ambientadas en períodos históricos pasados.

Una cuota de realidad para el cine. Con el comienzo de la década de los 40, el cine ya era una industria establecida y altamente rentable. Por tal motivo, las problemáticas habituales de las industrias comenzaron a hacerse sentir. Personalidades de renombre (como la actriz Bette Davis) se empezaron a manifestar públicamente en contra del llamado “Star System”, acusándolo de ser una herramienta de explotación y sometimiento de actores. En paralelo, el gobierno estadounidense avanzó en la aprobación de leyes antimonopólicas que evitaban que los grandes estudios de cine fueran, a su vez, dueños de los teatros y salas de proyección, algo que impactó de manera considerable en los circuitos de exhibición del momento.

En este contexto, en 1938 nace Bugs Bunny, un personaje icónico creado por el animador Tex Avery. Este personaje se volvería tan popular, que durante toda la década de los 40 llegó a dominar tanto el cine como la televisión. Por años, el “conejo de la suerte” de Avery mantuvo a Warner Bros a flote.

El cine épico fue sin dudas uno de los sellos distintivos de Warner. Pero Ben-Hur (William Wyler, 1959) fue la primera película producida por el propio estudio, que hasta entonces se había enfocado a la distribución de películas épicas realizadas por MGM. El film de Wyler, protagonizado por Charlton Heston, marcó un antes y un después por su impacto en taquilla, en el público y en el desarrollo del quehacer artístico.

Los años pasaron, los éxitos también. Hasta 1975 que llega el turno de Tiburón, de un joven Steven Spielberg. Estamos ante uno de los éxitos más importantes de Warner. Considerada la primera película “blockbuster” de la historia del cine norteamericano, un término que remite a la distribución, exhibición y eventual éxito económico de una película.

Durante las próximas décadas los logros continuaron. Warner se hizo con franquicias que ya son emblemas del cine: Matrix, El Señor de los Anillos, Harry Potter, Mad Max, Batman, entre tantas otras.

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Legado y panorama incierto 

Para la segunda mitad del siglo XXI, algunas cosas comenzaron a complicarse en Warner Bros. El éxito desmedido de firmas como Disney, obligaron al resto de las empresas a intentar “imitar” los modelos considerados rentables. Pero los resultados fueron fallidos, como sucedió con el intento de replicar el Universo Cinemático de Marvel pero con los personajes de DC Comics. La solvencia económica de Warner entró en serios problemas, y en dos ocasiones fue adquirida por otra empresa: primero por AT&T, y posteriormente por Discovery.

Aunque estos 100 años de historia no llegan solos, y el panorama actual sea de incertidumbre, es difícil negar la importancia que Warner ha tenido en la historia de la industria del entretenimiento. Y pase lo que pase en el futuro, su nombre seguirá siendo sinónimo de excelencia dentro y fuera de la industria.

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