¿Qué pasa con Gaturro?
Como parte de la iniciativa cultural conocida como Paseo de la Historieta, artistas locales realizan esculturas sobre icónicos personajes de la historieta nacional. Personajes como Mafalda, de Quino, Isidoro y Patoruzú, de Dante Quinterno, Clemente, de Caloi, y ahora Gaturro, de Nik, forman parte de este tradicional recorrido turístico que se extiende entre los barrios porteños de Monserrat, San Telmo y Puerto Madero.
El último personaje en formar parte de esta “familia” es la creación del escritor Cristian Dzwonik, más conocido como Nik, un personaje de por sí polémico, que trae acarrea un debate entre los lectores sobre la relativa “originalidad” del famoso gato. Sin embargo, Gaturro continúa siendo muy querido por los seguidores del caricaturista, especialmente los más chicos, quienes en lugar de leer sus tiras cómicas prefieren mirar sus cortos animados o interactuar con sus juegos virtuales.
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Pero la estatua de Gaturro ha sido nuevamente eje de polémica. Cuando se instaló por primera vez en el año 2013, ciudadanos anónimos la vandalizaron en diversas ocasiones, mediante la provocación de roturas y diversas escrituras. Eventualmente se procedió a retirarla y, cuando se la volvió a instalar -el 14 de julio- se anunció que la nueva escultura poseía “tecnología antivandálica”, con metal de grafeno, pintura antiadherente y lavable, y cámara de seguridad interna; pero a solo dos días de esto, nuevos hechos de vandalismo sobre la figura obligaron, nuevamente, a que deba ser retirada.
A pesar de estar rodeada por una valla de madera como medida de precaución, las personas escribieron, dibujaron y arrojaron basura a la escultura en un lapso de 48 horas. Como consecuencia, este domingo se retiró el monumento por segunda vez, generando una gran repercusión en las redes sociales con múltiples memes y bromas virtuales.
