Casi veinte años después de diciembre de 1997 –cuando en Guatemala su ex marido, Imad Shaban, le arrancó a sus tres hijos y se los llevó a Jordania–, Gabriela sanó como madre, pero también como mujer.
Hoy vive en Lomas de Zamora junto a Axel, abogado especialista en Derecho de Familia. Se reparte entre sus clases de yoga, las conferencias que brinda en el Interior –“como referente en resiliencia y superación”–, terminar su último libro, su rol como presidenta de la fundación que creó, Niños Unidos para el Mundo, y los viajes –“frecuentes y sin restricciones”– para estar con sus hijos.
Gabriela comenzó contando la actualidad de sus hijos: “Karim se recibió en la Universidad, Sahira también. Todo va yendo. Vino el mayor a la Argentina. Uno tiene que ir acostumbrándose a ir acompañando los movimientos de ellos”.
Cómo superar el daño realizado cuando se generan estos problemas con la multicultura y transformarlo en algo bueno, como es la Fundación Niños Unidos para el Mundo, ante este planteo, Uriburu respondió: “Al principio no comprendes nada. Estás en un verdadero infierno. Hay una muerte en tu vida y a partir de allí, hay algo importante que digo a los padres, y es que nada vuelve a ser como antes; esto no es posible. Hay que iniciar un camino nuevo“.
Gabriela destaca como el principal pilar que le permitió a ella desarrollarse como madre y en su relación con sus hijos, la de los Vínculos, por lo que explicó: “Hay algo que me mantuvo a salvo, entre tanto dolor, y es que trabajé para no perder el vínculo con mis hijos. Conozco muchos padres que se encuentran con los hijos y nos perdemos en querer explicar a los hijos, cuando se puede estar pasando tiempo juntos, jugar, disfrutarse. Pude en la mirada de mis hijos, encontrar todas las preguntas y respuestas“.
Ante el caso de Carolina Pavón, argentina que es víctima de violencia de género por parte de su marido egipcio, Mahmoud Mohamed Mahmoud Ahmed Tarfa, y que no puede salir del país africano ni ver a sus hijas y que está solicitando ayuda del Estado argentino; Gabriela comentó: “Mi caso es diferente al de Carolina. Lo que está viviendo hoy, entremedio de una enorme complicación de divorcio y sus hijas, ella está deteriorada psicológica, física y afectivamente; para poder reconstruirse, necesita volver a la Argentina. ¿Por qué tiene que responder el Estado, frente a un Argentino en el extranjero cuando está teniendo una situación compleja?“. Un dato no menos importante, en Egipto el hombre es propietario de la mujer.
Uriburu es optimista ante la situación y manifestó: “Creo que hoy si se hace un buen trabajo de mediación y de hablar con las partes, creo que se puede encontrar una salida más rápida. Es mi pequeño aporte a un historia tan grande. Trabajamos con casi 20.000 casos, hace 20 años, 10 por semana, de mujeres argentinas con hombres extranjeros; no sólo musulmanes porque son muy pocos. No se puede estigmatizar porque esto ocurre, incluso, en parejas entre argentinos“.
Finalmente, Gabriela brindó un mensaje más que claro y contundente: “Les pedimos a los padres que hagan un trabajo personal, de resolver sus historias personales. Si no ves a tus hijos desde hace 10 años, no esperes que el Juez te diga que ahora los podés ver y que la Justicia se dirima en otras cosas, pero no en los vínculos. En mis encuentros con mis hijos yo podía resolver vida, restituirles la vida. Hay adultos que prefieren permanecer en la pelea. Hay que sacarlos a los niños del territorio de la guerra y a partir de ahí, le vas a sacar no sólo el dolor sino que van a poder respirar paz. Porque son la integración de papá y mamá“.
Gabriela Arias Uriburu parte 1 en El Imán – Sol 91.5:
Gabriela Arias Uriburu parte 2 en El Imán – Sol 91.5:
