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El Convento del sufrimiento en Nogoyá

Dos mujeres que permanecieron entre 10 y 25 años como internas del convento católico de las Carmelitas Descalzas, de Nogoyá, en donde se investigan casos de tortura, privación ilegítima de la libertad y reducción a servidumbre, declararon en la causa que lleva adelante el fiscal federal Federico Uriburu. La misma fue abierta gracias a la entrevista que realizó Daniel Enz, periodista que charló en El Imán y brindó algunos detalles más.

torturas en convento nogoyá
Convento denunciado en el que se aplicaban castigos permanentes; era habitual el uso del látigo y el cilicio para auto flagelarse; hubo casos de desnutrición y existe una estricta prohibición “de no hablar” de lo que sucede.

Las ex monjas, una oriunda de Paraná Campaña y que estuvo más de diez años como interna del convento, y otra que permaneció en el monasterio cerca de veinticinco años, declararon durante casi seis horas junto a Uriburu y la procuradora adjunta, Cecilia Goyeneche. Tras una investigación periodística que se extendió por casi dos años y que demuestra torturas físicas y psicológicas, aunque la Iglesia no lo quiere reconocer. La investigación comprendió a ex religiosas, familiares de estos y profesionales de la salud de la mencionada localidad. Había castigos permanentes. Varias de las ex monjas están con tratamientos psicológicos en Entre Ríos o Santa Fe, por las secuelas que tuvieron. El arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puíggari -quien debe ejercer la autoridad sobre el convento- nunca hizo nada para revertir la situación, pese a que viene tomando conocimiento de los excesos que se cometen. Tampoco se ocuparon, en sus mandatos, ni Estanislao Karlic ni Mario Maulión, denuncian en la web Análisis Digital.

Respecto a la repercusión nacional que tomó el caso, Enz aseguró: “Esta reacción iba a suceder. Fue una nota de 6 páginas y un trabajo de 6 años. Nos costó reconstruir una historia tan problemática. Era consciente que iba a tomar no sólo repercusión nacional sino internacional. Es la primera vez que se pone a consideración práctica intramuros de una congregación de muchos años de existencia. Lo bueno fue que actuó la Justicia. El Fiscal Dr. Federico Uriburu, decidió imputar a la madre superiora e incitarla a indagatoria el próximo miércoles, por privación ilegítima de la libertad. Esto porque llevamos a declarar estas dos ex hermanas. A las dos se les hizo lo mismo. Estuvieron mucho tiempo, 2, 3, 5 años que reclamaban a la Madre Superiora, de no querer estar allí y ella les negó la salida”.

El Arzobispo de Paraná emitió declaraciones que justificarían el hallazgo de elementos de tortura, como silicio, flagelos y látigos de unos 40 centímetros con puntas: “En principio me sorprendió. Minimizar todas la cuestión, diciendo que el silicio son unos “pinchacitos”, cuando estamos hablando de una especie de cinto que se ata a las piernas, brazos o torso, que tiene alambres y que sangra. A mi me mostraron las cicatrices”. Continuó relatando otros métodos de tortura que se utilizaron en este lugar. “¿Qué es esto?”, se pregunta Enz.

Ante la consulta de si habrá otros lugares en el país con similares características, Enz declaró: “Entiendo que el convento de Nogoyá es el más estricto. Depende de qué Constitución usa, hay una de 1990 y otra de 1991, esta última es la más aggiornada a la época. También depende mucho de la conductora, la Madre Superiora. La humillación permanente a la que fueron sometidas. Como si ellas fueran el demonio. Acusándolas de todo durante todo el día”.

Daniel Enz en El Imán – Sol 91.5:

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