El guionista y escritor argentino es una figura clave de la historieta argentina e internacional. “El Eternauta”, su obra cumbre, continúa impactando a lectores de todo el mundo. Su compromiso ideológico y político causó su desaparición y eventual asesinato a manos de la última dictadura argentina, en 1977.
El padre de la historieta argentina moderna
Héctor Germán Oesterheld es uno de los autores literarios más celebrados de Argentina. Escribió diversos relatos, cuentos cortos y novelas de ciencia ficción en varias publicaciones icónicas del género: Misterix, Hora Cero y Frontera. Fue el creador de personajes inolvidables como el Sargento Kirk, Bull Rocket y, particularmente, El Eternauta, considerada abiertamente como su obra maestra. El legado profesional de Oesterheld es extenso; es considerado informalmente como uno de los “padres” de la historieta argentina moderna.
Comenzó su carrera hacia fines de la década de los 50 y principios de los 60. Desde el comienzo sus principales inquietudes artísticas estuvieron ligadas al colonialismo, el capitalismo y el imperialismo, temas que trataba de diversas maneras y siempre de forma consiente y crítica. Con el pasar de los años su mirada política de agudiza y se hace cada vez más presente en sus obras.
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La década de los 70 marca dos momentos cruciales en el recorrido ideológico de Oesterheld: se une a la agrupación guerrillera Montoneros, y publica de forma clandestina la segunda parte de “El Eternauta”, una obra donde el contenido político está mucho más presente que en el título predecesor.
En 1977 es secuestrado por las fuerzas armadas durante la última dictadura cívico militar eclesiástica argentina. Fue visto por última vez en un centro clandestino de detención. A partir de ahí su nombre comenzó a formar parte de la lista de detenidos-desaparecidos víctimas del terrorismo de Estado en Argentina.
El héroe colectivo
“El Eternauta” constituye un patrimonio cultural esencial para la historia argentina. Es la historia de una Buenos Aires cubierta por una nevada que mata sin piedad, una ciudad asediada por una inevitable invasión extraterrestre. Los héroes y las heroínas de la historia no son seres con poderes fantásticos, son los habitantes de la ciudad, amigos y familiares que se unen en la lucha colectiva para hacerle frente a un enemigo común que amenaza con destruir las libertades individuales. Juan Salvo, el protagonista de la historia, pronuncia una frase que se ha vuelto emblema de la obra: “No es tiempo ahora de odiar, es tiempo de luchar”.
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Con dibujos de Francisco Solano López, “El Eternauta” es una obra esencial que propuso en su momento recursos que se volverían habituales en la historieta moderna. Uno de estos recursos, el monólogo interno, ayudó a que la historieta pase de ser un entretenimiento juvenil a ser un contenido “serio” con peso literario. Sin lugar a dudas, la obra de Oesterheld es parte del imaginario colectivo de todos los argentinos. Su memoria seguirá viva a través de las múltiples generaciones de lectores que inspiró.
