Adiós a un grande del medio gráfico
El reconocido humorista y caricaturista de origen uruguayo Tabaré Gómez Laborde falleció este martes a los 74 años, a causa de un cáncer de páncreas que afectó duramente los últimos años de su vida.
Trabajando bajo el pseudónimo de “Tabaré” realizó prácticamente la totalidad de su obra, un legado de gran impacto en la historia del humor gráfico argentino. Una de las principales características de su estilo era la forma en la que retrataba los aspectos tragicómicos de la vida cotidiana argentina.
Nacido en 1948 en la ciudad de La Paz, departamento de Canelones, en Uruguay, su comienzo en el mundo editorial argentino data de 1969. Aprendió el oficio de dibujante por influencia de su tío Pedro ‘el Pita’ Laborde. Sin embargo, sus inicios no ocurrieron en el mundo de la ilustración. Sus primeros empleos estuvieron vinculados con la gastronomía, siendo mozo en pizzerías de Uruguay y otros rubros, hasta que finalmente se decidió a explorar -y explotar- su talento y pasión por la historieta.
Al igual que muchas otras figuras del arte gráfico, Tabaré trabajó en diversas agencias de publicidad, espacios donde los dibujantes siempre hallaban proyectos remunerados a causa de la importancia de la ilustración en la industria de la publicidad. Sus diseños fueron bien recibidos y eventualmente se le presentó la oportunidad de publicar su primera serie de tiras en el diario “Hechos“, de Montevideo.
Hacia 1974 decide radicarse definitivamente en Argentina, con la esperanza de encontrar en Buenos Aires las oportunidades y el reconocimiento que le permitan desarrollar su obra. Se instaló en el sur del Gran Buenos Aires, primero en Banfield, luego en Llavallol y, finalmente, en Turdera, un lugar que adoptó como su hogar permanente y sirvió de inspiración para varias de sus ilustraciones. Así inició una extensa y prolífica carrera que lo convirtió en uno de los caricaturistas más destacados de la historieta argentina. Llegó a trabajar junto a reconocidos artistas y publicar en algunas de las revistas más prestigiosas del momento.
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Dentro del mercado del humor gráfico se destacan sus trabajos en publicaciones como Noticias, Satiricón, Humor, diario Clarín y en las revistas infantiles Humi, Billiken, Disney y Genios. Además, durante el transcurso de su carrera, llegó a producir más de 50 cortometrajes animados de humor conocidos como “Tabaré se mueve”.
Diógenes y el linyera
Si bien la obra de Tabaré abarcó diversos subgéneros y públicos, es necesario destacar dos de sus personajes más reconocidos y entrañables: Diógenes y el linyera. Estas creaciones vieron la luz por primera vez en 1977, y en sus comienzos la tira estuvo guionada por emblemáticas figuras del humorismo argentino como Carlos Abrevaya, Jorge Guinzburg y Héctor García Blanco. Con tantos talentos trabajando en conjunto, la serie rápidamente se convirtió en un espejo de la sociedad argentina, un reflejo ácido de la realidad nacional relatado a través de las vivencias del linyera protagonista y marcado por los ingeniosos remates de su fiel perro, Diógenes. En 2008, luego de la muerte de Guinzburg, Tabaré asumió la responsabilidad de los guiones.
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Pero además de estos pintorescos personajes, Tabaré fue el autor de series de notable éxito como Vida interior, Eustaquio, Cacique Paja brava, Villadiego, Historias de no contar o Bicherío. También colaboró con las editoriales Alfaguara, Sudamericana y Colihue en la ilustración de diversos libros para infancias.
