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Gisela Trucco, la mujer que hizo historia en el fútbol argentino

Olimpo y Defensa y Justicia igualaron 1 a 1 en Varela, pero la asistente marcó un antes y un después en el fútbol argentino. A los 29 años, a Trucco le llegó esta oportunidad que espera desde la cuna.

Gisela Trucco.

Defensa y Justicia y Olimpo, un lunes a las siete de la tarde, es un partido que no parece tener destino de ser trascendental para el fútbol argentino. Ayer, sin embargo, sucedió algo histórico en el estadio Norberto Tomaghello, en Florencio Varela: Gisela Trucco inauguró una nueva etapa en el arbitraje con su tarea como juez asistente. Rubia, con una trenza que le sujetaba el pelo, vestida de naranja desde los hombros a los pies, se acercó hasta el alambrado, dispuesta a cumplir su tarea. No pasó inadvertida: la platea la recibió con aplausos, algo que no es habitual en las canchas argentinas.

“Este es un partido histórico por el debut de Gisela. Les pido el mismo respeto con el que trabajamos toda la vida, y que es el que recibimos en todos los clubes que estuvimos“, les pidió el árbitro Fernando Rapallini a los capitanes Gabriel Arias y Adrián Gabbarini. A los 29 años, a Trucco le llegó esta oportunidad que espera desde la cuna. No es una exageración: se crió entre banderines y silbatos. Su hermano es Silvio Trucco, árbitro internacional desde 2013, quien el domingo dirigió la victoria 4-0 de Boca sobre Belgrano, de Córdoba, en la Bombonera. Su hermano Ángelo está dando los primeros pasos en el referato rafaelino. Y todo tiene una explicación: papá Luis fue juez de línea internacional.

Si bien fue un hecho histórico para el fútbol argentino que una mujer sea protagonista, para Trucco fue algo más dentro de su rutina. Profesora de educación física, la Gringa -como la conocen en sus pagos- lleva años corriendo los laterales de las canchas, con el banderín en una mano. Mezcla su trabajo de profesora en las escuelas primarias con el arbitraje. Antes de llegar a Primera dirigió divisiones juveniles en la Liga de Rafaela, para luego saltar a los campeonatos de ascenso. Allí vivió situaciones hostiles, pero no se intimidó: se abrió pasó a fuerza de capacidad y personalidad sin hacer distinción de género, como pasa en tantos otros ámbitos profesionales. Ahora, parece, también le llegó el turno al fútbol. En un clásico regional que jugaron Altos Hornos Zapla, de Jujuy, y Juventud Antoniana, de Salta, ella recibió insultos por ser mujer.

En la platea, su padre Luis observó su desempeño y su hermano Silvio le envió un mensaje de Whatsapp. Pasada las 22.15, dejó el vestuario, en el que tuvo un espacio para cambiarse, y dialogó con los medios. “El objetivo de romper el hielo se cumplió. Fue un partido tranquilo, quizás la mayor diferencia se observa en el ritmo de juego entre lo que es un juego de la Superliga y otro de una categoría de ascenso. Igualmente, me dijeron que me tomara el tiempo suficiente para tomar las decisiones. Después, las protestas son iguales en todos lados“, comentó, sonriente, quien se fijó como objetivo consolidarse como asistente en primera.

Fuente: La Nación.

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