Hollywood en huelga
Momentos históricos se viven en el epicentro del cine industrial norteamericano. Por primera vez en poco más de 60 años, Hollywood se encuentra asediado por dos huelgas masivas que ocurren simultáneamente, la de los guionistas (iniciada en mayo) y la de los actores, que fue oficializada en las últimas horas.
Hasta las últimas horas de este miércoles se llevaron a cabo las negociaciones entre la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) y representantes del Sindicato de Actores (SAG-AFTRA). Las charlas buscaban alcanzar un nuevo acuerdo laboral, en el marco de un conflicto sindical que mantiene a la industria en estado de alerta. Sin embargo, la etapa de negociación terminó sin lograr un consenso, y el gremio habilitó oficialmente la medida de fuerza. A partir de este jueves, los actores miembros del sindicato dejarán de participar en rodajes, conferencias de prensa, presentaciones oficiales, avant premieres, entregas de premios, alfombras rojas y toda clase de eventos financiado por los grandes estudios.
Un acalorado discurso pronunciado este jueves por la presidenta de SAG-AFTRA, Fran Drescher, señaló que la industria atraviesa un “momento grave“.
“No se puede seguir siendo menguado y marginado, faltado al respeto y deshonrado. Todo el modelo de negocio ha cambiado con el streaming, lo digital, la inteligencia artificial. Si no nos mantenemos firmes ahora, todos vamos a tener problemas. Todos vamos a correr el riesgo de ser sustituidos por máquinas y grandes empresas a las que les importa más Wall Street que tú y tu familia”, sentenció Drescher al tiempo que decretaba oficialmente el estado de huelga.
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La respuesta de los ejecutivos
En un comunicado oficial, la AMPTP expresó la decepción de sus miembros ante la ruptura de las negociaciones, calificando la medida de fuerza como “la elección del sindicato, no la nuestra“.
“Al hacerlo, ha desestimado nuestra oferta de aumentos salariales y residuales históricos, topes sustancialmente más altos en las contribuciones de pensiones y salud, protecciones de audición, períodos de opción de serie acortados, una propuesta innovadora de AI que protege las imágenes digitales de los actores, y más”, sostiene la declaración.
La visión de la AMPTP sostiene que la huelga “agravará las dificultades financieras de miles de personas que dependen de la industria para su subsistencia“.
Similitudes y unidad entre sindicatos
Al igual que el Sindicato de Escritores de América (WGA) -cuyos miembros mantienen activos los piquetes y los cortes en los ingresos de los estudios más importantes de Hollywood-, el Sindicato de Actores (SAG) persigue una serie de objetivos claros: la ratificación del contrato laboral, la revisión de los porcentajes sobre los derechos residuales de los servicios de streaming, mayor regularización de las audiciones autograbadas y prevenir la utilización de la inteligencia artificial para reemplazar actores en el set.
En un contexto financiero y político complejo, el impacto producido por la pandemia de COVID-19 dejó expuestas las falencias de un sistema de estudios anticuado, con sueldos mínimos muy por debajo de los porcentajes de inflación, contratos obsoletos y la constante y desesperada búsqueda de los altos ejecutivos de reducir gastos. Las nuevas tecnologías y los nuevos hábitos de consumo de los espectadores -en un mercado donde el ritmo del contenido por streaming establece la naturaleza competitiva de la industria- producen notables cambios en la estabilidad laboral y financiera de los profesionales que trabajan en cine y televisión, donde muchos de ellos perciben sus funciones “en peligro de extinción”.
Por su parte, el WGA -entidad que nuclea a los guionistas de la industria- mantiene un paro masivo desde comienzos de mayo. En el centro del conflicto, y en sintonía con los actores- hallamos el reclamo por la readecuación salarial, una mayor participación en las ganancias de los “servicios por streaming” y la urgente regularización de la inteligencia artificial como una herramienta con el poder de cambiar el futuro de Hollywood.
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El impacto de dos huelgas simultáneas
En la actualidad, SAG-AFTRA representa a más de 160.000 profesionales de la industria del entretenimiento, incluyendo actores, personalidades radiales y televisivas, profesionales de los medios y toda clase de artistas. Asimismo, el Sindicato de Escritores de América posee dos entidades, una en el Este con sede en la ciudad de Nueva York y que representa a más de 5000 guionistas, y otra en el Oeste con sede en Los Angeles, sector que representa el núcleo más duro con más de 24.000 afiliados activos. Estas cifras ayudan a entender la preocupación masiva expresada por ambos gremios, cuyos representantes se dedican a responder a los reclamos y problemáticas de sus afiliados.
La huelga de escritores implicó la detención de varias producciones de televisión como “Abbot Elementary”, “Severance”, “Stranger Things” y “Saturday Night Live”, como también programas de formato talk show nocturnos como “The Tonight Show con Jimmy Fallon” (NBC) y “The Late Show con Stephen Colbert” (CBS). En cuanto a las producciones cinematográficas, muchos rodajes lograron continuar dado que muchos actores se encontraban disponibles en aquel momento, algo que no sería viable en la actualidad.
Si antes el paro de escritores impactó de forma parcial en la industria, la adhesión de los actores a la medida de fuerza implicará sin dudas un efecto muchos más contundente y visible. Personalidades de renombre como Meryl Streep, Jennifer Lawrence, Glenn Close, Eva Longoria, Mark Ruffalo y Laura Linney han manifestado públicamente su apoyo a la huelga de SAG-AFTRA.
La última huelga masiva de actores en Hollywood ocurrió en 1980, una medida que se extendió durante poco más de tres meses. En aquel momento, los miembros del Sindicato de Actores y de la Federación Americana de Artistas de Televisión y Radio estuvieron al frente del conflicto, y decretaron huelga el 21 de julio de 1980. Hallamos el origen de la disputa en la ruptura en las negociaciones entre los gremios y los representantes de los principales estudios cinematográficos y cadenas de televisión. Los representantes sindicales perseguían un contrato laboral conjunto pero los ejecutivos no estaban dispuestos a solventar las demandas de los artistas, dando lugar a la medida de fuerza que se extendió hasta el 23 de octubre de ese año.
