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Paro de guionistas en Hollywood: las claves para entender las bases y la historia del conflicto

Una medida de fuerza impulsada por el Sindicato de Escritores de América puso en jaque a los principales estudios de Hollywood. ¿Cuáles son los ejes del conflicto?

Huelga de escritores: producciones en peligro

Este martes el gremio nacional conocido por sus siglas en inglés WGA (Writers Guild of America) dictaminó el comienzo de una huelga masiva que involucra a más de 11.000 escritores y guionistas profesionales. En este contexto, la producción de películas, programas de televisión como los “late shows” (programas nocturnos de entrevistas) y las series de ficción sufrirá severos retrasos, que repercutirá duramente desde lo económico.

Este jueves, las negociaciones entre los representantes de los grandes estudios -como Disney y Netflix– y los delegados del WGA llegaron un punto de inflexión, donde ninguna de las partes lograron un acuerdo. En medio de la tensión y la incertidumbre, se anunció que la medida de fuerza continuará hasta nuevo aviso.

La presidenta de la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMTPT), Carol Lombardini, se encuentra al frente de las negociaciones en representación de compañías como Amazon, Apple, CBS, Disney, NBC Universal, Netflix, Paramount Global, Sony y Warner Bros. Discovery. Como antecedente personal de Lombardini, desde que asumió el cargo en 2009, cada instancia de discusión salarial y laboral que ha surgido ha alcanzado un satisfactorio acuerdo para todas las partes involucradas. Sin embargo, hasta el momento esto no ha ocurrido.

El contexto económico de Estados Unidos, con una inflación que supera el 7%, contribuye a que el aumento de las tarifas de los salarios mínimos sea uno de los ejes principales del reclamo sindical.

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Ejes de conflicto y principales reclamos 

En el epicentro de la huelga de guionistas que impulsa el WGA se encuentra el reclamo por salarios más altos y una mayor participación en las ganancias de los “servicios por streaming”. Asimismo, los estudios representados por la AMPTP sostienen que es necesario reducir costos en medio de un contexto inflacionario y un mercado cada vez más competitivo que presiona con fuerza.

Un integrante del WGA, que prefirió mantener su identidad anónima, señaló que “lo que está en juego es determinar cómo seremos compensados financieramente por la difusión en ‘streaming’, no solo ahora sino en el futuro”.

Hace décadas que los escritores/guionistas cobran “derechos residuales” por la reutilización de sus obras. Por ejemplo, en reposiciones de televisión o ventas en formato físico (DVD O Blu Ray). En Estados Unidos esto representa un porcentaje considerable de los ingresos que perciben los estudios por cada producción, ya sea para cine o para la TV. Con el streaming sin embargo, los autores de los libretos simplemente obtienen un pago anual fijo.

El Sindicato de Escritores reclama por la revalorización de las cifras porcentuales, por considerarlas “demasiado bajas en vista de la reutilización internacional masiva” de los contenidos. Y sumado a esto, un debate incipiente que promete ser uno de los ejes de próximos conflictos, es el futuro impacto que tendrá la inteligencia artificial en la profesión artística de la escritura creativa.

Desde la Alianza de Productores de Cine y Televisión indicaron que los “derechos residuales” que se pagan a los guionistas alcanzaron en 2021 un nivel récord de 494 millones de dólares.

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Un conflicto con historia

La primera huelga masiva de escritores impulsada por el WGA ocurrió en 1953; la última había tenido lugar entre 2007 y 2008. La historia nos enseña, además, que en cada instancia de conflicto, el eje ha estado puesto en los “derechos residuales”.

En 1953, el antecedente institucional del WGA, el SWG (siglas en inglés del Screen Writers Guild), sostuvo una medida de fuerza que se extendió durante 13 semanas, y la base del conflicto fue, justamente, la distribución de los “residuales” por repeticiones televisivas, en una época donde la TV era un fenómeno incipiente. Además, entre otros reclamos se hallaba el pedido de abonar los derechos de secuela para los autores originales de una obra televisiva, la prohibición de la llamada “escritura especulativa“, el control de los créditos, y la modificación de las cifras de las compensaciones mínimas.

En 1963, una vez establecido el WGA, una nueva huelga duró por 22 semanas. El eje, al igual que en 1953, estuvo puesto en los “residuales“, pero en este caso sobre las producciones cinematográficas que se exhibían a través de la TV; además, el reclamo por la creación de un fondo de pensión independiente y la posibilidad de gozar de un plan de cobertura médica.

El paro de 1973 se extendió por 4 meses, en el contexto de una industria en notable cambio: se buscaba alcanzar la revaloración de “residuales” para películas que eran exhibidas en un novedoso sistema donde el espectador podía “pagar por ver“, un antecedente directo del servicio “on demand”, y un posible antepasado de los servicios de streaming.

En la década de los 80 la situación se intensifica. Tres huelgas tendrán lugar en diferentes momentos. En 1981, y durante 13 semanas, se pedirá la redistribución de “residuales” por los programas de TV que se vuelvan a transmitir en los novedosos canales de cable. En 1985, un paro que duró por 2 semanas, el eje estuvo puesto en la manera en que los estudios calculaban los pagos a los guionistas por obras publicadas en formato físico (VHS). Y en 1988, una medida de fuerza de 22 semanas, buscó que se mejoren los derechos creativos para guionistas de libretos originales para “telefilmes“.

La huelga más reciente, ocurrida entre 2007 y 2008, se expandió durante 100 días. En aquella oportunidad se luchaba por los “residuales” de la reutilización de contenidos de cine y TV que se exhibían en novedosas plataformas digitales y algunos inéditos servicios por internet. En aquel momento, una victoria notable para el Sindicato fue lograr cobertura sobre contenidos creados exclusivamente para nuevos medios de distribución (anticipando la llegada de las plataformas de streaming).

En la actualidad, la pandemia de Coronavirus provocó intensas modificaciones en los modos de producción y consumo. El mercado de contenidos audiovisuales se expandió a pasos agigantados en un mercado cada vez más competitivo, donde cada estudio lanzaba su propia plataforma de streaming para captar a audiencias dispersas y heterogéneas.

Un reporte publicado por el WGA el pasado 14 de marzo señala que “la mitad de los escritores que actualmente trabajan en televisión cobran el salario mínimo, cuyo último aumento ocurrió entre 2013 y 2014 y fue del 33%“. El Sindicato sostiene además que las compañías han utilizado la transición al streaming como una forma de reducir gastos en los sueldos de los escritores, lo que empeoró considerablemente las condiciones laborales del sector, y recordaron que los guionistas “cobran el mínimo sin importar su experiencia o antigüedad“.

La huelga actual podría ser tan solo el comienzo de las preocupaciones para los ejecutivos de Hollywood. Los contratos pertenecientes al Sindicato de Actores de Cine-Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión, y del Sindicato de Directores de América están próximos a vencer, el 30 de junio. Motivo por el cual, si ambos gremios deciden unirse a la medida establecida por el WGA, la producción de contenidos podría suspenderse completamente por tiempo indeterminado.

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