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Santa Fe

Carta de un vecino de barrio Ludueña

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Emilce Vaglienti – SOL 91.5

“Mataron a David, como 50 personas fueron, los pocos diarios
que lo publican dicen que los agresores eran todavía más. David es un pibe que
salió a chorear porque quería cosas: droga, zapatillas piolas, qué se yo,
cosas. Salió a dar miedo y quizás alguna vez haya disparado un arma, no lo
sabemos y no se lo podemos preguntar. Salió y robó porque seguro sus amigos del
barrio también lo hacen, porque la escuela que dejó no pudo ayudarlo a
entender otra manera de vivir, porque ninguna organización barrial llegó a dar
con él, porque de pibe capaz vendía pañuelitos y se rompió los huevos de que lo
echen de los bares, no se, algún motivo permite en este universo que una persona
desde que es un guachín pueda pensar que robar está bien, una situación que nos
involucra a todos y que nos deja en iguales condiciones de víctimas a los que
roban y a los que son robados. Puede que responsables de ésto los haya más y
menos en cuestión de calidad, pero todos tenemos nuestra parte, algunos se
hacen cargo de las cosas que pasan, por suerte sigo conociendo a muchas
personas así. Otras matan a golpes a un pibe, y como eran entre 50 y 100 no
puedo saber si los conocía, lo que sí lamentablemente conozco es gente
compartiendo la noticia con comentarios que los hacen cómplices de un
homicidio. Algunos incluso se ríen de lo sucedido, serán insensibles, o muy
pelotudos, pero les juro que se ríen de que padres de familia se hayan juntado
hace tres días para romperle la cabeza a patadas a alguien que agonizó hasta
hoy y que no aguantó más, que se murió. Un pibe que si ellos tuvieran la
oportunidad de mirar a los ojos con amor verían su historia entera llena de
miedo, angustia, mierda, odio, gritos, dolores, también tuvo colores y hasta
ilusiones. Me juego todo a que sería así porque se de lo que hablo, se de amar
a un pibe que chorea, se lo que es aprender mucho de ellos, de transformarnos,
volvernos más humanos juntos, ojalá ustedes puedan saberlo algún día, porque yo
estuve del otro lado, donde uno piensa que está vivo y en realidad no está más
que respirando”, de Joaquín Gómez Hernández, Caleidoscopio, del barrio
Ludueña.

Fuente: “Miradas al Sur, un periódico esclarecedor”
Foto ilustrativa

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