El principio del éxito
Originalmente fundada en agosto de 1997, la empresa conocida como Netflix, Inc. comenzó su actividad desarrollando una máxima absoluta: generar rentabilidad a partir de la industria del entretenimiento. El 14 de abril de 1998 la compañía empezó a trabajar públicamente como un servicio postal de alquiler de películas en formato DVD. Muchos años han pasado, en un contexto de tecnologías ampliadas y públicos en constante metamorfosis.
Desde el año 2000, Netflix mantiene su servicio de renta de DVD pero suma un inédito sistema de recomendación, que se basó en otorgarle a cada usuario la posibilidad de calificar cada película luego de verla, convirtiendo a esta herramienta en el primer antecedente de un sistema de recopilación de datos para el diagramado de catálogos de contenidos aparentemente personalizados, una característica que muchos consideran la razón del éxito de la plataforma.
Recién en 2007 Netflix lanza oficialmente en Estados Unidos su “servicio de video bajo demanda”, donde cada suscriptor tenía la posibilidad de alquilar contenidos para verlos en la misma plataforma, exclusivamente en pantallas de computadoras. En 2008 esta particularidad se expande y Netflix comienza a permitir el uso de su plataforma en dispositivos como SmartTVs, consolas de videojuegos, tabletas, etc. Hacia 2009, el catálogo de contenidos físicos de Netflix se constituye por más de 100.000 títulos y su plantel de usuarios, dentro de Norteamérica, asciende a más de 10 millones de suscriptores.
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En 2011 Netflix comienza a operar fuera de Estados Unidos; se expande hacia América Latina y el Caribe. En 2012 llega a las principales ciudades de Europa, y desde 2016 sus operaciones comienzan a ser globales, con la excepción de territorios como Corea del Norte, Irán, Irak y Siria. En paralelo, con el fin de la industria del formato físico, la plataforma comienza a producir contenidos propios con notable éxito, tanto series, como películas y documentales. Desde noviembre de 2022, de acuerdo a datos oficiales de la empresa, Netflix acumula un total que supera los 20,000,000 suscriptores en todo el mundo.
“Se trata de hacerles jugar el mayor tiempo posible…”
En la actualidad Netflix es un fenómeno mundial. La pandemia que atravesó recientemente el planeta sirvió para consolidar, en gran medida, el negocio de las plataformas de streaming. De hecho, los últimos años han estado marcados por el surgimiento de nuevos servicios, cada productora y cada estudio tienen su propia plataforma de contenidos digitales. Esta nueva bifurcación de la industria ha comenzado incluso a modificar los hábitos de consumo y la forma en la que vemos el cine. Aunque muchos rechazan el concepto del “cine en forma de TV”, es innegable el impacto que este tipo de tecnologías ha producido en la llamada “sociedad de consumo”.
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En este contexto, existe un paralelismo interesante entre la historia de Netflix y una de las películas más recordadas del director Martin Scorsese. En 1998, el cofundador de Netflix, Marc Randolph, realizó una prueba piloto del servicio y con esta finalidad rentó la película Casino (1995), una obra de culto protagonizada por Robert De Niro, Joe Pesci y Sharon Stone. La prueba piloto realizada por Randolph para comprobar la factibilidad de Netflix como servicio de renta de películas puede haber sido pura casualidad, producto de una afición cinéfila, sin embargo, nos permitimos reflexionar.
La película de Scorsese está basada en una historia real que reconstruye el libro del guionista y periodista Nicholas Pileggi (autor de Buenos Muchachos y coguionista de Toro Salvaje). La trama gira en torno a los años fundacionales de la “ciudad de las apuestas”, Las Vegas, ubicada en el desierto de Nevada, Estados Unidos. La película muestra a diversos personajes, violentos, codiciosos y viciosos, que permanentemente buscan la forma más rápida de hacer dinero. Íntimamente ligada a la historia del crimen organizado en Estados Unidos, la historia de los casinos de Las Vegas es parecida a la del Imperio Romano, una historia de auge y caída, de ambición desmedida y poco reparo por las consecuencias de las acciones humanas. Además, la película de Scorsese es una excelente analogía de la decadencia de la industria, desde un punto de vista general. El devenir de la industria del entretenimiento y de la sociedad de consumo. “Y al final…lo arruinamos todo“, reflexiona Nicky Santoro, el personaje que interpreta Joe Pesci en los primeros momentos de Casino. Es una autocrítica provocadora, que sirve como punto de partida para una historia de pérdidas y mentiras. Hacia el final de la película, el monopolio del casino Tangiers es aniquilado, simbólica y literalmente, por la apertura de una vasta cantidad de nuevos establecimientos.
25 años después de la creación de una de las empresas de entretenimiento más rentables del momento, y con el auge de la industria del streaming, el panorama parece volverse más complejo, con mayor oferta pero la misma demanda. ¿Qué traerá el futuro?
Por Hernán Ceccato
