River ganó por 3-1 y se quedó con la Copa Libertadores 2018 tras derrotar a Boca en Madrid. El Millonario jugará ahora el Mundial de Clubes que comenzará (para ellos) el 18 de diciembre.
En un partidazo con todos los condimentos, River revirtió el 0-1 que Benedetto había puesto tras una gran jugada y se llevó su cuarta Copa Libertadores tras vencer por 3-1 a Boca. Pratto, Quintero y el Pity Martínez en la última jugada del partido.
Como un espejismo, los planteos de River y Boca se asemejaban y hacía que el partido sea muy trabado en mitad de cancha, mucho manejo en la última línea pero sin poder encontrar los espacios para salir del fondo. Además, los jugadores con características ofensivas no se ubicaban atrás de los volantes más retrasados y hacía que hubiera menos opciones de pase para salir jugando.
Con el partido así, Boca tuvo las chances más claras de gol, mientras que River aprovechó algún error de Andrada o Buffarini para poder generar peligro.
En una de las ocasiones en las que River se aproximaba al arco de Boca, una contra rápida liderada por Nández, quien lanzó un gran pase, provocó un mal cálculo de Pinola que no pudo anticipar y permitió que Benedetto controlara para dejar en el camino también a Maidana y ya de cara al arco definir de derecha con cara interna para poner el 1-0 en el marcador. De esta forma, el global estaba 3-2 a favor de Xeneixe.
En el complemento se vio a un River mucho más protagonista, apremiado por el resultado tal vez, más agresivo y decidido en ir en busca del gol que, ahora, le iba a dar el empate en la serie. Una jugada muy polémica fue un choque que se produjo entre Esteban Andrada y Lucas Pratto. El arquero de Boca salió a cortar un centro que iba dirigido al delantero ex Vélez y sin verlo se lo llevó puesto. Además Pratto contactó antes la pelota. Pero el árbitro terminó cobrando falta en ataque.
La salida de Ponzio del equipo y el ingreso de Quintero provocó que River coloque detrás de Barrios a una línea de jugadores que hagan retroceder aún más a los volantes y adelantar a los centrales, por ende, provocar espacios en defensa. Una gran combinación entre Palacios y Nacho Fernández permitió al ex Gimnasia de La Plata ingresar al área y meter un pase para encontrar solo a Pratto que definió con el arco vacío y puso el 1-1 en el partido.
A pesar del envión anímico que le dio el gol, River no pudo llegar con más claridad y no le causó más sobresaltos a un Boca que dejaba correr los minutos porque el complemento había sido muy malo para sus aspiraciones. No pateó al arco en la segunda parte el Xeneixe.
Con el 1-1 (3-3 global), el partido se iba al alargue. A los dos minutos del tiempo extra, Andrés Cunha, el árbitro del encuentro decide expulsar a Wilmar Barrios por doble amarilla.
No pasaba nada. Nadie se destacaba ni generaba entusiasmo en el espectador de que algo pudiera suceder. Pero había uno que sí se mostraba activo a pesar de las malas decisiones que había tomado en jugadas previas, Juan Fernando Quintero. El colombiano se hizo cargo de la pelota en el momento más crítico del partido, cuando nadie más la quería tener, el ex Porto se animó y recibió afuera del área para sacar un remate violento y con efecto que le dificultó la atajada a Andrada. Por Quintero, River se llevó otra Copa Libertadores.
Sobre el final, con Andrada yendo al área de River a buscar el empate, una contra rápida encabezada por el Pity Martínez terminó con el ex Huracán definiendo con el arco solo y poniendo un 3-1 solo para la anécdota. Partidazo en Madrid.
