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Nieta recuperada N° 126: “Se me completó la vida”

Sus padres biológicos, Edgardo Garnier y Violeta Ortolani, la hubiesen llamado “Vanesa”. Se presentó este martes en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo.

“Estoy feliz. Estoy plena. No solamente es una ficha, se armó todo el rompecabezas, con una familia más grande y hermosa. Se me completó la vida”. Así se presentó hoy en sociedad Adriana, la nieta recuperada número 126, durante una conferencia de prensa en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo.

Adriana o “Vanesa”, como hubiese sido llamada por sus padres biológicos, es hija de Edgardo Garnier y de Violeta Ortolani, militantes de Montoneros desaparecidos en el marco de la última dictadura militar.

“Tengo una familia hermosa. Tengo una abuela, no lo puedo creer, con 40 años tengo una abuela y ayer pude hablar con ella. ¡Ya la quiero! Es una genia, ya la quiero. Se nota que es hermosa por fuera y por dentro”, señaló la joven en la rueda de prensa, entre lágrimas de emoción. “Esta vez, no pudieron. El amor es más fuerte que el odio. Siempre”, agregó.

La abuela de la nieta recuperada, Blanca Díaz de Garnier, es una de las primeras integrantes de la asociación que preside Estela de Carlotto. La chica sabía que era adoptada y se presentó de forma espontánea para realizarse los estudios de ADN para cotejar la muestra con el Banco Nacional de Datos Genéticos.

 La historia de los padres
Violeta Ortolani nació en la ciudad de Buenos Aires el 11 de octubre de 1953, mientras que Edgardo Garnier lo hizo el 7 de agosto de 1955 en Concepción del Uruguay. Su familia lo llamaba “Edgar” o “Rober” y sus amigos “El Chueco” o “El Pato”.

Ambos formaron parte del Fondo de Apoyo a la Educación Pública (FAEP). Edgardo militó en la Juventud Peronista, mientras que Violeta lo hacía en la Juventud Universitaria Peronista. Luego compartieron su militancia en la organización Montoneros, donde sus compañeros la llamaban “La Viole” y a él “La Vieja Bordolino” o “El Viejo”.

Edgardo y Violeta se casaron el 7 de agosto de 1976 en una sencilla ceremonia religiosa realizada en Bolívar. Ella estaba embarazada de tres meses y pensaban llamar Marcos, Enrique o Vanesa al bebé que esperaban ver nacer.

Sin embargo, los jóvenes no pudieron disfrutar de su hija. Violeta fue secuestrada el 14 de diciembre de 1976 en el Barrio La Granja, de La Plata. El embarazo ya tenía ocho meses y se supone que la nieta que ayer apareció nació en cautiverio durante enero de 1977.

Desde que desapareció, Edgardo buscó por “cielo y tierra” a su esposa y luego regresó a su pueblo en Entre Ríos. Cerca de la fecha del posible parto retomó la búsqueda, con el objetivo de encontrar a su hijo. Pero el 8 de febrero de 1977 también fue secuestrado en la ciudad de La Plata.

 

Fuente: Infobae

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