Lucrecia Martel, doctora Honoris Causa
Tres meses después de haber recibido la misma distinción por parte de la Universidad de Buenos Aires (UBA), este martes, la reconocida cineasta argentina fue reconocida con el título de doctora Honoris Causa por la Universidad Nacional de Salta (UNSa), el máximo título que otorga la casa de altos estudios de su provincia natal. Posteriormente, pronunció un sincero y emotivo discurso de agradecimiento, en el cual además expresó su mirada crítica sobre diversas problemáticas contemporáneas; entre ellas, la necesidad de que los pueblos indígenas accedan a sus territorios y una hipótesis posible sobre el rol de la historia.
El Doctorado Honoris Causa fue aprobado por unanimidad mediante la resolución 428/23 del Consejo Superior de la UNSa. Se trata de una propuesta de la Facultad de Humanidades, a través del Laboratorio de Producción Audiovisual Experimental (Lapae), y la Comunidad Universitaria de Sede Regional Tartagal.
La resolución destaca la trayectoria y la prolífica producción cinematográfica de Martel, además de su imprescindible compromiso con la educación y militancia social en defensa de los derechos de las mujeres y disidencias en Salta.
“A través de sus producciones, visibiliza las condiciones de vida de los pueblos indígenas y las violencias de género como categoría sociocultural plasmada en la ficción cinematográfica“, señala el documento académico.
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Palabra de autora: el discurso de Lucrecia Martel
“Cómo decirles lo importante que esto es para mí“, comenzó expresando Martel, al tiempo que agradeció la distinción y la presencia del público congregado, “significa mucho más de lo que hubiera imaginado para mi vida“, sostuvo.
Durante la ceremonia académica, la directora de “La Ciénaga” compartió su teoría sobre la historia y su rol en la sociedad: “se trata simplemente de mirar sin conformarse tanto con lo que uno está entendiendo“. Asimismo, expresó una “hipótesis posible” sobre la historia: “La mejor historia posible es la que registra el sufrimiento del mayor número posible de habitantes, de ese lugar y ese tiempo. Si la historia no registra el sufrimiento y los deseos de felicidad de las personas, es demasiado sesgada, y nosotros, los salteños, tenemos una terrible deuda con la historia“.
En esa misma línea, explicó: “En esta provincia, donde se habla más o menos, con discusiones y opiniones, trece lenguas, no hemos podido dar cuenta más que de una parte de la población que habla una, y más o menos. Es vital, es urgente que incluyamos en esa hipótesis posible de la historia, mejor que la que ya hemos escrito, la necesidad que hay de que los pueblos indígenas accedan a sus territorios. Esto no puede seguir siendo un discurso“, dijo Martel.
En su manifestación sobre los pueblos originarios, la cineasta sostuvo que “para tener una mínima idea sobre la existencia y la comunidad, se requiere de tener un lugar, un espacio donde crecer, donde criar a sus hijos, donde tener su economía“. Además, instó a “luchar por una entidad de la que no sabemos nada por la ausencia absoluta de información sobre esa parte de la población y de la historia imprescindible, que jugó en todos los períodos de la construcción nacional“.
“Es imprescindible que escribamos una hipótesis posible de la historia que incluya a todas las personas que no han sido incluidas sistemáticamente. Considero incomprensible que en el Museo Güemes no exista ni una vez la palabra ‘indio’“, lamentó Martel. “Que esta provincia crea que se pudo conformar un territorio nacional sin la presencia, la sangre y el esfuerzo de esa parte de nuestra población, es una demencia que debemos corregir“.
