El club Ciclón Racing alberga desde hace 68 años el sentimiento de un club netamente futbolero. Sin embargo, todos coinciden en la emoción y el cariño para con el club, más allá de los éxitos deportivos. Un repaso por el corazón de aquellos que hoy hacen grande al Lagunero.
Era domingo. El 8 de enero de 1948 era domingo; ese día los miembros de los clubes Ciclón y Racing decidieron fusionarse para crear lo que ya es historia conocida: el pujante y sacrificado Ciclón Racing Fútbol Club. A partir de ese día se concibió una de las pasiones más grandes que sentimos hoy en nuestra Liga Santafesina de Fútbol.
“Ganaban todos los torneos en esa época” recuerda Liria Vianco de Salemi, tesorera del club, acerca de los clubes que dieron origen al Lagunero. De todas formas, la historia de Ciclón es una historia de cambios: desde los éxodos en la búsqueda del estadio, pasando por los saltos de categoría, hasta la actualidad con cancha iluminada y tribunas inauguradas hace pocos años.
Vianco reflexiona acerca de estos cambios: “Yo me doy cuenta que Ciclón es otro Ciclón. No es el Ciclón de hace 15 años cuando todavía éramos muy pocos dentro del club y realmente se peleaba muchísimo para seguir subsistiendo.” La tesorera recuerda que allá por la década del 60 lavaba las camisetas de las 12 divisiones del club en su casa.
El primer gran paso se dio tal vez con la colaboración de la categoría 80 en los asuntos institucionales del club. En esa división jugaba Sebastián Battaglia, futbolista surgido de las canteras laguneras y actualmente el futbolista más ganador de la historia de Boca Juniors. Con la ayuda de ese grupo, Ciclón Racing construyó sus vestuarios, las veredas, además de otros beneficios. Los domingos eran memorables: asado al mediodía y cemento por todos lados para dejar lindo a Ciclón.
Sin embargo, si nombramos a Battaglia, tenemos que nombrar a otros que pasaron por el Lagunero y que también llegaron: Ignacio Canuto, Rubén “Tito” Ramírez, y también Mario Sciacqua en espectaculares campañas como DT de Ciclón Racing.
Y ellos, al igual que Liria Vianco, coinciden en el sentimiento por el club. Más allá de los éxitos deportivos para uno u otro, el recuerdo de Ciclón Racing perdura. Canuto, por su parte, reflexiona que sus mejores amigos, al día de hoy, son sus amigos del club: “Yo arranqué de chiquito, a los nueve, diez años ya fui a Ciclón. Ciclón la verdad que significa varias cosas para mí, por el hecho no sólo deportivo.”
Además, Mario Sciacqua es un agradecido del paso que tuvo por la institución de calle Riobamba. Por un lado, porque el club fue el primero en darle la oportunidad de dirigir, y también por los valores que perduran y que en el fútbol profesional no se valoran: identidad, pertenencia, afecto.
Ignacio Canuto y Mario Sciacqua nos relatan su sentir hacia el club:
Liria Vianco habla de los sentimientos hacia Ciclón Racing y de uno de los actuales proyectos:
En la larga trayectoria de la tesorera como dirigente del club, a ella le gusta recordar el momento en que les adjudicaron los terrenos en los que hace años está emplazado el club en Riobamba al 7900. En el pasado, Ciclón Racing debió alquilar distintas canchas para poder hacer de local, sobre todo en el campo de deportes del Sindicato de Agua y Energía.
El lugar donde actualmente está el campo de deportes 8 de Enero era en su momento de la Municipalidad, y luego pasó a Vialidad Nacional. El terreno era alquilado a cambio de 100 litros de combustible por mes. En el año 2003, y gracias a la colaboración de allegados al club, lograron enviar una carpeta a la Presidencia de la Nación para intentar ser escuchados.
Y Ciclón se hizo oír. “Nos atendieron como los dioses. Nos atendió Perotti, que en esa época era director general. No sabés la emoción que yo tenía cuando entré al recinto y ví esa carpeta arriba del escritorio.” Luego de algunas reuniones, lograron firmar un convenio de 30 años, prorrogable a 30 años más.
La tesorera se emociona al recordar el momento más importante que vivió en su historia dentro del club: “Esa fue la mayor emoción que yo tuve, tener algo que no nos van a poder, por lo menos en 60 años, estar ahí. Dejarle algo a Ciclón, lo que yo más quería en la vida era dejarle algo a Ciclón. Algo que perdure y los que vengan, los sucesores tengan con qué desenvolverse.”
La dirigente recuerda aquel acontecimiento, en el que incluso y por un momento hasta pensó que la estaban cargando:
Hoy el club sigue su curso. A fines de 2015 logró retornar a la Primera División de Liga Santafesina, hace pocos años inauguró su iluminación y sus tribunas en importantes actos con la presencia del por entonces gobernador Antonio Bonfatti, entre otras personalidades destacadas del deporte y la política.
“Realmente institucionalmente estamos muy bien. Estamos siempre con pie firme, como yo digo. Se hacen los gastos si tenemos el dinero. Efectivamente, estos últimos años, yo te diría estos últimos 6, 7 años hemos crecido un montón” señala Vianco.
Ese es Ciclón. Como lo cuentan sus protagonistas: el club de barrio querible y entrañable. Quienes pasaron por allí siguen teniendo esa sensación en su interior; y quienes aún perduran saben que por siempre, y para siempre, un pedacito de su corazón quedará a la vera de la Laguna Setúbal.
Fuentes: Entrevistas con Liria Vianco de Salemi, Mario Sciacqua e Ignacio Canuto.
Diario El Litoral, “El día que Ciclón Racing iluminó su estadio”, publicado el 1 de junio de 2013, disponible en http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2013/06/01/deportes/DEPO-07.html
