Inhibidores de señal en las cárceles de Santa Fe
Después de que se instalaran los inhibidores de señal en la cárcel de Piñero donde se alojan más de 300 presos de alto perfil, el Gobierno provincial continúa trabajando desde el servicio penitenciario para evaluar la factibilidad de la colocación de inhibidores de señal en las cárceles de Las Flores, Coronda y el complejo penitenciario de Rosario.
Walter Gálvez, secretario de Asuntos Penitenciarios, explicó en Sol Play que en 30 o 45 días estarán los resultados de los estudios de factibilidad que determinarán que tipo de inhibición de señal es la adecuada para colocar en cada penal.
“Ya tenemos en pleno funcionamiento en la fase 1 la inhibición total de la cárcel de Piñero en Rosario que es una de las cárceles más grandes y tiene la particularidad de que allí se alojan más de 300 altos perfiles, es decir, personas vinculadas a bandas narcocriminales”, precisó Gálvez. “Aparte hemos firmado convenios para ver la posibilidad de una inhibición total o parcial de tres unidades penitenciarias como la cárcel de Coronda, Las Flores y el complejo penitenciario de Rosario y nos preocupa enormemente porque no queremos conflictuar la relación con los vecinos”, dijo.
A modo de ejemplo, explicó: “En la cárcel de Las Flores es un paredón y después está el famoso barrio La Gran China y muy populoso por cierto. Queremos hacer un estudio de factibilidad para saber qué es lo que más conveniente”.
“Entendemos que es necesaria la inhibición, entendemos que las comunicaciones en las unidades penitenciarias son complejas, por eso, empezamos a recorrer y transitar esta última parte del camino“, reconoció el secretario de Asuntos Penitenciarios.
Gálvez indicó que en 30 o 45 días tendrán en sus manos los estudios de factibilidad. “De esta manera estamos cubriendo el 80% de las unidades penitenciarias de la provincia y dando una respuesta que sabemos que como gestión política tenemos que dar”, dijo y continuó: “Hay una ley que establece que el interno tiene derecho a la comunicación pero está claro que con los avances de las comunicaciones, avanzó el delito y aquel que está dentro de una unidad penitenciaria no significa que va a dejar de delinquir, en algunos casos, se resocializa, empieza a estudiar, trabaja en pymes, de pan, pero hay otros que no, que están pensando las 24 horas de qué manera puedan perjudicar la vida del ciudadano”.
“Es fundamental atacar todos los frentes”, concluyó Gálvez.
