Hollywood en huelga
Por primera vez en 63 años, el epicentro del cine industrial norteamericano podría quedar bloqueado por tiempo indefinido por dos protestas masivas que ocurrirían en simultáneo: la de los guionistas -iniciada en mayo- y la de los actores, en caso no alcanzar un acuerdo satisfactorio en los próximos días.
A comienzos de junio, en vísperas del vencimiento de los contratos laborales vigentes entre los estudios y los artistas, se decretó una extensión con el propósito de alcanzar un acuerdo que cubra las necesidades presentadas por el gremio de actores y que deje satisfechos a las principales empresas productoras. Sin embargo, hasta el momento no existen novedades sobre el avance de las negociaciones, y desde el sector gremial comienzan a ver como una posibilidad la realización de un paro de actores.
Los miembros del gremio de actores, SAG-AFTRA por sus siglas en inglés, han autorizado a sus representantes a llamar a huelga en caso de lograr alcanzar la cobertura de sus principales reclamos laborales, y el límite para hacerlo es este miércoles por la noche. Entre las principales preocupaciones del sindicato, entre las que hallamos varios puntos en común con los guionistas, se destaca la regularización de los porcentajes “residuales” por cada producción realizada, el abordaje crítico y consiente de la incipiente tecnología de la Inteligencia Artificial, solventar los costos de las “audiciones en video” y mayores beneficios de seguridad social y salud.
Por su parte, representantes de la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), la entidad a cargo de las negociaciones entre los estudios y los gremios, han optado por permanecer en silencio y se negaron a aportar novedades sobre las discusiones.
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Un antecedente histórico
En la década de los 60, un joven artista llamado Ronald Reagan oficiaba como el presidente del Sindicato de Actores. Por aquellos tiempos comenzó un paro masivo que afectó duramente a la industria de Hollywood, un conflicto potenciado por, justamente, por el reclamo de una readecuación de los derechos residuales sobre las licencias de contenidos cinematográficos para su uso en televisión. El resultado fue una huelga que comenzó el 7 de marzo y se extendió hasta el 18 de abril, y afectó producciones de figuras como Elizabeth Taylor, Jack Lemmon y Marilyn Monroe.
Por aquel entonces, en un doble acto de necesidad y solidaridad, los actores se sumaron a la medida de fuerza iniciada por los guionistas en enero de ese mismo año. La disputa con los escritores fue mucho más extensa, con una duración de 148 días y, entre otros, el reclamo central giraba en torno al ingreso que recibirían los profesionales por la transmisión de sus películas en la televisión.
63 años después de ese episodio, Hollywood continúa siendo el epicentro de la polémica, una batalla laboral histórica que enfrenta a los principales estudios con los gremios artísticos.
