Día Nacional de la Historieta: Una cita con el futuro
A partir de un proyecto que comenzó a gestarse en 2005, un grupo de artistas conformado por autores, dibujantes, editores y lectores argentinos, se planteó celebrar y homenajear a los hacedores de la historieta nacional, y al medio gráfico en todas sus formas.
Si bien las primeras historietas en Argentina datan de 1898 (Revista Caras y Caretas), la fecha escogida fue el 4 de septiembre en recuerdo a la aparición original de El Eternauta en 1957, en las páginas de la revista Hora Cero Semanal de Editorial Frontera. Esta obra era resultado del trabajo del guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López, quienes establecieron un hito histórico en la historieta argentina.
Finalmente, el 15 de octubre de 2009 el proyecto fue sancionado por la Legislatura porteña, y el 4 de septiembre se estableció oficialmente como Día Nacional de la Historieta, una fecha para “promover políticas destinadas a desarrollar la historieta como arte e industria cultural“.
Una de las responsables del proyecto, Alejandra Márquez, comentó acerca de la iniciativa: “Alrededor de Junio del 2005 un grupo de amigos de Argentina decidió que sería una buena idea elegir un día para celebrar, homenajear y compartir el arte que todos disfrutaban más: la historieta. Pero el Día de la Historieta debía celebrarse en una fecha que fuera significativa para el medio. La Comisión Pro Día de la Historieta eligió el 4 de Septiembre porque en esa fecha, en 1957, llegaba a los kioscos Hora Cero Semanal. En aquella revista con guiones de Héctor G. Oesterheld los chicos de la época disfrutaron de las aventuras del oeste de Randall the Killer (con dibujos de Arturo del Castillo), las amargas historias de guerra de Ernie Pike (dibujadas por Hugo Pratt) y una aventura como no se había visto nunca, en parte bélica, en parte ciencia-ficción y que ocurría a la vuelta de la esquina: El Eternauta“.
“Celebrar el Día de la Historieta significa tratar de invocar ese momento dorado de creación y de pasión. Cada 4 de septiembre será el día ideal para regalar historietas (todo tipo de historieta), para adornar las comiquerías y kioscos, para buscar con nuestra imaginación nuevas formas de festejar un arte que nos gusta disfrutar y también compartir”, señala Márquez.
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Navegante de la eternidad: vida y obra de Oesterheld
Héctor Germán Oesterheld nació un 23 de julio de 1919. Estudió la carrera de Geología en la UBA y formó parte del Centro de Estudiantes en la Facultad de Ciencias exactas. Pero en los años 40 dejó la geología y comenzó a publicar cuentos para niños y artículos sobre divulgación científica. Posteriormente, entrada la década de los 50, comenzó su etapa vinculada a la ciencia ficción y las historietas.
Oesterheld es autor de decenas de relatos cortos de ciencia ficción y novelas. Publicó en famosas revistas de la época como Misterix, Hora Cero y Frontera. Sus personajes más conocidos fueron Sargento Kirk, Bull Rocket y, especialmente, Juan Salvo, más conocido como El Eternauta, obra icónica que hasta la actualidad se mantiene relevante y continúa reeditándose en todo el mundo.
En 1956 Héctor y Jorge Oesterheld fundan la Editorial Frontera, un proyecto enfocado en revistas de historietas. Rápidamente se convirtió en uno de las bastiones de la historieta argentina. Un coloso de las editoriales que duró hasta 1961. En este marco, entre 1957 y 1959, en Hora Cero Semanal, apareció por primera vez El Eternauta, una obra referencial en todo el mundo, pionera del medio gráfico y probablemente el trabajo más contundente y personal de Oesterheld, cargado de simbolismos y alegorías sobre el capitalismo, el colonialismo y el imperialismo.
Con el pasar del tiempo su compromiso político se fortalece. Se incorpora gradualmente a la organización guerrillera Montoneros, donde participara activamente desde la prensa y la difusión. Desde la clandestinidad escribió sus últimas obras, recordándose especialmente el guion de “La Vida del Che Guevara” y la segunda parte de “El Eternauta”. En 1977 es secuestrado por las fuerzas armadas durante la última dictadura cívico-militar argentina, y es visto por última vez en un centro clandestino de detención. Desde entonces pasó a formar parte de la lista de detenidos-desaparecidos víctimas del terrorismo de Estado en Argentina.
El legado de Oesterheld es inmenso. El impacto y la relevancia de su obra literaria marcó un antes y un después en el medio. Su obra logró sacar a la historieta de la marginalidad y convertirla en un vehículo de expresión para un público más amplio, conformando a la historieta como identidad cultural nacional. Además, como guionista, pudo introducir diversos elementos narrativos que dotaron a sus obras de una impronta comprometida ideológicamente. En la actualidad, Oesterheld es considerado uno de los “padres” de la historieta argentina moderna.
