Atahualpa Larrea, es un chico de 16 años, que con la Inundación de 2003 sufrió la pérdida de muchas de sus pertenencias. En aquel entonces, con tan sólo cinco, su padre lo llevó a que eligiera un juguete nuevo, y así fue como se encontró con el Ajedrez y con una nueva y renovada perspectiva de vida. Gracias a esto, fundó una Escuelita de Ajedrez en Barrio Santa Rosa de Lima.
El relato que mantuvo en El Iman, Atahualpa, atrapa y comunica verdaderos valores. Comenzó contando un poco acerca de su actualidad: “Además de la Escuela, me gusta el cine, los medios de comunicación y la música. La Escuela de Ajedrez surge en el año 2005, y hasta el día de hoy sigue funcionando y sigue siendo gratuita“.
Una de las situaciones que más destacó como trascendentes respecto de la Escuelita, es que: “Muchos de los chicos que empezaron con 13 o 14 años al momento de su fundación, hoy están dando clases en escuelas primarias y secundarias de la ciudad“.
El ya hoy adolescente ajedrecista, afirmó también: “Sigo jugando, no con tanta intensidad como antes, pero sigo. Hoy tengo muchas responsabilidades, tengo mis hermanitos de siete y 10 años“. Aclaró esto, ya que además de vivir una vida completamente normal como todo adolescente, también ayuda a su familia en el cuidado de sus hermanitos.
En cuanto a su formación, sostuvo: “El ajedrez me formó muchísimo como persona. Me abrió muchas puertas.
Conocí muchos lugares, otras historias de vida. La Escuela de Ajedrez me permitió encontrar una faceta distinta, y ver el Ajedrez desde una percepción más social“. Y destacó: “Mi Profesor de Ajedrez, cuando tenía cuatro años, Juan Carlos, me decía siempre que para hacer un movimiento hay que pensarlo dos veces; y eso me sirve y lo aplico en muchos aspectos de la vida“.
A modo de anécdota y como enseñanza de vida, Atahualpa explicó qué fue lo que le sucedió cuando apenas comenzaba a jugar el Ajedrez: “Me entró a ir bien apenas empecé a jugar. Es importante recalcar que yo venía
de Santa Rosa de Lima y este deporte, fue siempre jugado por las personas que tenían más recursos económicos para hacerlo. Comenzó a complicarse, con el tema de la Escuelita libre y gratuita, la cual marcó algunas diferencias que hicieron que la Federación Argentina directamente me desafiliara“.
Pero su historia tiene un final feliz y el continúa enseñando y alentando a que otros chicos continúen su pasos. Escucha la nota completa:
Atahualpa Larrea – 1º Parte – SOL 91.5
Atahualpa Larrea – 2º Parte – SOL 91.5
