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Amor y muerte: La vida de Silvina Ocampo

Fue una de las voces mas relevantes de la literatura argentina. Estuvo casada con Adolfo Bioy Casares, con quien llegó a colaborar. Trabajó también junto a Jorge Luis Borges. Silvina Ocampo falleció el 14 de diciembre de 1993, 28 años atrás.

Una pluma en la oscuridad: La prosa de Silvina Ocampo

La literatura nacional e internacional recuerda la figura de Silvina Ocampo como una de las autoras más destacadas del siglo XX. La calidad de sus relatos, la naturaleza de su vocabulario, las sensaciones que transmiten sus relatos surrealistas y el ímpetu que trabaja la mayor parte de su obra, son sólo algunos de los aspectos que hacen de la escritora porteña una pluma relevante, incluso 28 años después de su muerte. Silvina era hermana de Victoria Ocampo, quien fundó la revista Sur. Estuvo casada con Adolfo Bioy Casares hasta el final de su vida.

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Si bien su ingreso a la escena artística estuvo orientada a las artes plásticas, Ocampo encontró en las letras la posibilidad de explorar emociones más allá de toda posibilidad figurativa; es quizás por eso que uno de los géneros más experimentados por la autora fuera el surrealismo. Su primera obra publicada fue un pequeño libro de cuentos llamado “Viaje Olvidado” (1937), aunque no fue una experiencia satisfactoria y según muchos historiadores se trató de una publicación “mediocre”. Sin embargo, en 1942 regresó a las editoriales con “Enumeración de la Patria”, un libro de versos. El proceso de desarrollo de este libro, especialmente el intento de recuperar la tradición de la poesía castellana antigua, fue similar al de su siguiente publicación, un libro de poemas titulado “Espacios Métricos”, en 1945. Le seguirían “Poemas de Amor Desesperado” (1949), “Los Nombres” (1953) y “Pequeña Antología” (1954).

Luego de una extensa pausa literaria, en 1962 regresó con “Lo Amargo por lo Dulce”, considerada por críticos y lectores como uno de sus mejores poemarios. En 1972 publicaría su última obra poética, “Amarillo Celeste”.

En un panorama histórico-artístico, se recuerda especialmente la obra de Ocampo por su incursión en la literatura de ficción. Participó en la redacción y compilación de ensayos y antologías, reuniendo obras de autores como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Manuel Peyrou y Enrique Anderson Imbert. Ocampo es reconocida por su particular evocación de la literatura fantástica y policíaca, géneros en los que supo profundizar.

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Junto a su esposo, Bioy Casares, trabajó en la compilación de la “Antología de la Literatura Fantástica” (1940), de la cual también participó Borges. Posteriormente, el trío de autores presentó la “Antología Poética Argentina” (1940). Ocampo volvería a colaborar con su marido en 1946, pero en esta oportunidad en una obra de creación original: la novela policíaca “Los que Aman, Odian”.

A Ocampo se le adjudica una variada cantidad de relatos cortos, cuentos y novelas. La presencia de personajes fantásticos, grotescos e imperfectos, su particular sentido del humor, los dilemas morales que presentan sus relatos, son algunas de las razones que mantienen relevante su obra. Su obra narrativa quedó marcada por su frecuente conciencia y por el rechazo de las convenciones y tradiciones sociales del momento.

En la década de los 80, Ocampo fue diagnosticada con Alzheimer, algo que afectó considerablemente sus facultades artísticas. Los últimos tres años de su vida los pasó postrada, falleciendo el 14 de diciembre en Buenos Aires, a los 90 años. Se encuentra sepultada en la cripta familiar del Cementerio de la Recoleta, lugar donde también está enterrado su marido, Bioy Casares.

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