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Santa Fe

Violento asalto en un bar ubicado en Iturraspe al 1500

El ataque se registró en la noche del domingo alrededor de las 22 horas, donde dos delincuentes ingresaron a la fuerza al local, y redujeron a su dueño y le sustrajeron el dinero de la caja.

robo en barrio candioti

Según expresa El Litoral, Juan “Coco” Soffietti fue sorprendido por dos malvivientes tras atender a una cliente que salía del lugar, quienes tras un brutal trato obligaron al hombre a que les de la recaudación, quien subrayó: “Se llevaron la plata de la caja, que era el acumulado de todo el fin de semana”. Y siguió: “Uno de los ladrones me dio varias cachetadas. Me dolieron más que si hubiesen sido piñas. Me pegaba como si fuera su hijo. Sentí que me relajaba, que me verdugueaba”, contó con los ojos llorosos de bronca e impotencia.

El relato prosiguió y Juan dio más detalles: “Eran las 22 de ayer y no había clientes, por lo que tenía las puertas cerradas debido a la inseguridad. Llega una joven a comprar y al irse, cuando quiero cerrar el portón, se me metieron dos tipos”. “Eran flaquitos, uno de ellos petiso de aproximadamente 20 años, con un revólver en la mano, quien mandaba al otro -que portaba un cuchillo- y me lo apoyo en la panza. Intentaron tirarme al piso, pero finalmente me hicieron sentar en la escalera diciendoNo te muevas, porque te la vamos a dar”. Ese fue el momento en que tomaron el dinero de la caja registradora, el cual era bastante”.

No contentos con su cometido, contó: “Me preguntaron con quién vivía, a lo que les mentí que lo hacía con mi hijo, su esposa y mis nietos. Les dije que ellos volvían en media hora”. Por bajo me respondió uno de ellos: No importa. Si vienen, les damos un tiro a cada uno y listo”.

“A los empujones me llevaron hasta la pieza. Ahí me acostaron y me ataron de pies y manos con precintos plásticos. También me taparon la cabeza con una sábana. Revolvieron todos los cajones. Me tiraron todo al piso, pero no había nada allí. Cuando se descuidaron pude zafarme de las ataduras y abrí la puerta de la habitación. Quería pedir ayuda, pero no me dejaron. Se enfurecieron y me volvieron a maniatar, más fuerte todavía. ‘Si tenemos que volver, sos boleta’, me amenazó otra vez el petiso”, contó el comerciante.

“Cuando ya no sentí más ruidos volví a desatarme, pero habían trabado la puerta por fuera, así que tuve que escalar y pasar por una ventana hasta el depósito. Entonces vi cómo habían preparado dos televisores y cigarrillos, pero se ve que dejaron todo al encontrar más dinero que yo tenía guardado en el mostrador para comprar unas cerámicas. A esto no me lo van a hacer más, lo aseguro. Yo voy a seguir trabajando y no voy a tomar otra precaución adicional, pero una cosa así no me pasa más”, describió Soffietti.


 

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