¿Por qué se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia en el Deporte?
Este lunes 19 de febrero se celebra el Día Internacional contra la Homofobia en el Deporte, en conmemoración a Justin Fashanu, el primer futbolista de élite en dar a conocer públicamente su homosexualidad en 1990, que tras las presiones por la noticia enfrentó un duro camino que lo llevó a sumirse en la depresión y, finalmente, al suicidio en 1998.
En esta fecha, las autoridades invitan a repensar los valores y prácticas que imperan en varios deportes, donde las disidencias sexuales son condenadas mediante un abanico de castigos que abarcan la estigmatización, la burla, la segregación, la exclusión y la violencia física.
En ese sentido, llaman a asumir la posición incómoda de la autocrítica profunda, de la revisión consciente de todo lo aprendido, del compromiso para no repetir ese comportamiento y, principalmente, para no callar cuando se ve en otros.
Con motivo de la efeméride, Amnistía Internacional subió un video a sus redes recopilando relatos de deportistas que pertenecen al colectivo LGBT pidiendo que dejar de lado el estigma y la discriminación. “Como todos, también quiero vivir mi vida en libertad sin miedos” expresó Jakub Jankto, futbolista checo del Cagliari.
Por su parte, Robbie Rogers, exfutbolista estadounidense, contó: “Escuché a coaches decir cosas como que yo no pasaba la pelota como si fuera ‘maricón’ ¿qué significa eso? Estoy pasando la pelota como todos los demás”.
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La historia de Justin Fashanu
Fashanu comenzó su carrera en Norwitch City en 1978. Allí, su buen juego lo llevó a ser vendido al Nottingham Forest por un millón de libras, convirtiéndose en el jugador negro más caro de la historia hasta ese momento.
Sin embargo, con el tiempo los rumores de su homosexualidad lo fueron marginando del equipo, por lo que fue cedido a préstamo y luego pasando de un club a otro. Finalmente, en 1990 decidió ponerle fin a los rumores y confirmar su orientación sexual en público, siendo el primer futbolista en actividad del mundo en hacerlo. A partir de ese momento, el rechazo en el ambiente futbolístico fue condenatorio.
Expulsado de su equipo, víctima de burlas y discriminación, el jugador padeció una depresión y terminó con su vida en 1998.
