Algo no anda bien en el Reino Mágico de Disney
Cuando Bob Iger regresó a ocupar el cargo de CEO de The Disney Company, en reemplazo del polémico Bob Chapek, los seguidores del estudio se mostraron entusiasmados. Durante sus dos años de función, las decisiones de Chapek fueron controvertidas y no sentaron bien en la mayoría del público, por lo que la presencia de Iger pareció ayudar a calmar las aguas.
Sin embargo, rumbo a su 100º aniversario (16 de octubre de 2023) Disney atraviesa una de sus etapas financieras más complejas. Más allá de su legado histórico y de permanecer en el imaginario del público como una empresa pionera de la animación, sus últimos estrenos han sido rotundos fracasos de taquilla y han provocado profundos problemas en su economía. El vínculo de Disney con Marvel Studios también es un aspecto problemáticos, la casa de superhéroes también atraviesa serios problemas, sus películas no están rindiendo de la manera en la que se esperaba, poniendo en duda toda la estrategia creativa del estudio.
Los bajos números en taquilla y el baja de la asistencia a sus parques temáticos han reflejado pérdidas de 900 millones de dólares en lo que va de 2023. A pesar de algunos éxitos, como la tercera entrega de Guardianes de la Galaxia, los desafíos no llegan a solventarse en un contexto inflacionario y presupuestos desmedidos.
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De acuerdo con datos de la consultora financiera Bloomberg, la situación que atraviesa Disney “implica dificultades tanto en sus costos como en sus ingresos, dado que la empresa ha experimentado retrasos en proyectos clave que han contribuido a sus problemas financieros“. Uno de los principales focos problemáticos es el servicio de streaming Disney+, que se encuentra perdiendo cientos de millones de dólares cada trimestre.
Por otra parte, en cuanto a su lado cinematográfico, Disney cambió su estrategia de producción, lanzando muchas secuelas y spin-offs en lugar de centrarse en películas más grandes y exitosas. Esto desencadenó una serie de fracasos en taquilla, lo que resultó en significativas pérdidas.
Para intentar dar una respuesta a esta situación, la compañía implementó diversas soluciones, pero de momento ninguna parece dar en el clavo. Retrasar estrenos y aumentar las tarifas de Disney+ no parecen ser medidas populares. Durante el mesa de junio se retrasaron varios lanzamientos cinematográficos hasta por tres años con el objetivo de reducir costos de producción y marketing.
Por ejemplo, los seguidores de Star Wars deberán esperar hasta 2026 para poder ver una nueva entrega en la pantalla grande, mientras que la nueva películas de Avatar llegará a los cines un año más tarde de lo previsto. Para intentar compensar las pérdidas del streaming, la plataforma Disney+ eliminó considerable cantidad de contenido y al mismo tiempo aumentó significativamente su precio de suscripción, lo que terminó generando un efecto contraproducente: se redujo la cantidad de suscriptores.
