Condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa
Uno de los ocho rugbiers condenado por el crimen de Fernando Báez Sosa, Blas Cinalli, rompió este viernes el silencio luego del veredicto que determinó su culpabilidad y negó que haya habido un plan para matar al joven que tenía 18 años cuando fue asesinado en Villa Gesell.
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“No ideamos un plan para matar a Fernando (Báez Sosa). No hubo roles, eso nunca existió“, aseguró Cinalli en comunicación con Crónica TV mediante mensajes de texto por Instagram. Además, el rugbier sostuvo que él junto a Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi están “distanciados” del resto de los condenados.
Desde la Alcaidía de Melchor Romero, donde se encuentra tras haber sido condenado a 15 años de cárcel por su participación en el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven se comunicó con los medios para pedir que “dejen de hablar pestes” de sus amigos: “Hola. Quería decirte si nos harías el favor de dejar de hablar pestes de mí y de cada uno de mis amigos, ya que nadie ni ninguno de todos nosotros te faltamos el respeto a vos“.
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“No entiendo por qué tienen tanto odio hacia nosotros“, subrayó el joven de Zárate y sostuvo: “Perdón ya pedimos, seguro no se soluciona nada con eso pero al menos pedimos perdón por este hecho que pasó, nos escrachan por todos lados. Dejen vivir, no tenemos vida, viven hablando mal de nosotros. Cortenla, pagar ya estamos pagando desde el primer día“.
“Sí, obviamente fue un hecho horrible, pero yo creo que nosotros ya estamos pagando desde el día uno“, añadió acerca del momento en enero de 2020 cuando el grupo de Zárate se despertó rodeado de efectivos de la Policía bonaerense en la casa que alquilaron en Villa Gesell.
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“Yo sólo quiero que la gente sepa eso, y que ninguno de nosotros ideó un plan para matar a ninguna persona. No hubo roles, esas cosas nunca existieron. No quiero que me quieran pero sí quiero dejar de recibir tantos insultos y me haría muy bien que estos mensajes los vea la gente“, resumió Cinalli.
La declaración podría ser parte de una nueva estrategia de la defensa de los jóvenes para modificar sus sentencias.
