Argentina cayó ante Grecia por 79 a 71 y quedó tercera en el Grupo B. En octavos, chocará ante Brasil, el domingo en Madrid.
El equipo de Lamas cayó ante Grecia por 79 a 71 y quedó tercera en el Grupo B. El domingo, en Madrid, a todo o nada ante el clásico rival, que terminó segundo en la zona A.
Como ante Croacia, el seleccionado arrancó mal. Dormido. Y eso derivó en el dilema de tener que remar durante todo el resto del partido desde atrás. Nick Calathes sorprendió con diez puntos en el primer cuarto y Georgios Printezis, ratificando su dominio en la pintura, aportó otros ocho. Sin variantes ofensivas, ni defensa (28 puntos en contra en los diez minutos iniciales), el equipo se frustró y cerró con su máxima en contra: 16-28.
El ingreso de Laprovittola trajo orden y paciencia. Fueron los argumentos con los que Argentina se puso en partido y acortó a tres (28-31 a falta de 5’28’’). Pero hasta allí llegó la reacción. Porque la ofensiva se volvió a trabar, a anarquizarse (confuso Campazzo) y el equipo se frustró. Entró en conflicto con los árbitros (de pésima actuación) y nuevamente cerró el chico de manera pésima: 33-44. Sería un vaticinio del desenlace…
Tras el descanso, y luego de un inicio absurdo que estiró la máxima griega a 18 (44-52 a 7’23’’), Lamas puso a Safar y a Delía. Con ellos, Argentina llegó a una remontada increíble hasta ponerse a dos (68-70ª falta de 4’24’’). Pero el envión se acabaría ahí. Sin más nafta en el tanque, el equipo apenas pudo anotar tres puntos hasta el final del juego. Y los helénicos sacaron pecho para cerrar la historia con defensa y solidez. Una vez más Brasil se cruzará en nuestro camino. Parece guionado. A esta crónica le faltó un detalle en el primer párrafo: en Turquía y Londres, el triunfo fue argentino…
Fuente: Olé.
