El abandono del Estado, la falta de controles de seguridad, la negligencia empresarial y la presencia de pirotecnia ilegal fueron algunos de los factores que permitieron que aquella noche del 30 de diciembre se convierta en una de las fechas mas infames de la historia argentina.
Por aquellos días, el grupo de rock Callejeros era una de las agrupaciones musicales más influyentes de la música nacional. Sus seguidores se amontonaban para escucharlos en vivo y su trayectoria era solo igualada por el fanatismo que suscitaban. Para cerrar el 2004, la banda decidió realizar tres recitales en República Cromañón, un sitio emblemático del barrio porteño de Once que, en su momento, había funcionado como una discoteca bailable. Las dos primeras presentaciones (28 y 29 de diciembre) pasaron sin inconvenientes, y el contexto estaba dado para cerrar el año y el ciclo de shows con una nota alta.
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Sin embargo, lo que comenzó como una fiesta terminó en tragedia cuando el uso indebido de pirotecnia causó estragos en el establecimiento. Una bengala disparada al aire impactó en la media sombra que cubría el techo provocando un incendio que comenzó rápidamente. Las condiciones del lugar no ayudaron y pronto se convirtió en una trampa mortal: humo tóxico, corte de luz y la desesperación de las personas, que se encontraron con las puertas de emergencia clausuradas.
El caso Cromañón fue “la mayor tragedia por causas no naturales en Argentina”, registrando un total de 194 personas muertas y más de 700 heridas. La investigación que comenzó posterior a los hechos reveló varias situaciones de desidia, abandono y negligencia: sobreventa de entradas, pésimas y hasta inexistentes condiciones de seguridad, y falta de controles. La escena artística y cultural de Buenos Aires nunca sería la misma.
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Cromañón: Nunca más
A partir de aquel 30 de diciembre, los familiares y amigos de las víctimas fatales de Cromañón llevan adelante un reclamo histórico para que se esclarezcan los motivos y los responsables de la tragedia. En la actualidad, el lugar donde se encuentra el establecimiento bailable se encuentra convertido en un lugar de encuentro y memoria; fotos, zapatillas y mensajes recuerdan a aquellas personas que perecieron en esa fatídica noche de diciembre. A través de una puesta fotográfica y simbólica, las familias de las víctimas reflejan su lucha incansable para alcanzar su Nunca más.
