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El testimonio de Luis – SOL 91.5
El 5 de octubre del año pasado, entre las 9 y 10 de la mañana, Luis iba rumbo a su trabajo, camino a Barrio Guadalupe, en su Dodge 1.500. Llegando al Faro, por avenida costanera, Luis transitaba a 50 kilómetros por hora, como corresponde y para evitar que los radares lo sancionen.
En ese momento, aparecen dos autos. Uno era un patrullero. “Parecían estar corriendo picadas o como si fuese una persecución”, contó el oyente de la radio por Más Vale Tarde Que Nunca.
El patrullero hizo una maniobra muy brusca que terminó impactando contra el Dodge 1.500 de Luis.
El siniestro le provocó heridas leves a Luis, pero más severas al conductor del patrullero, quien, según manifestó el damnificado, no se habría tratado de un policía.
“Quede muy mal porque nadie se hizo cargo de nada”, continuó comentando el oyente de SOL 91.5.
Al otro día, Luis fue a hacer la denuncia a la Comisaría 3° de nuestra ciudad. Pero cuando llegó a la dependencia, su mujer lo llamó desde su casa para decirle que el comisario de la Seccional 8° había llegado a su domicilio para hablar del incidente. El patrullero que chocó a Luis pertenecía a la octava.
El mencionado comisario fue con un mecánico que dijo que el auto de Luis no serviría más.
“Aparecieron unos personajes de la policía y se llevaron mi auto. Quisieron meter miedo. Supuestamente era para arreglármelo. Querían amedrentarme porque decían que yo tenía familia. Vino un mecánico de la policía, un chapista, un empleado de policía. Me dijeron que no convenía hacer juicio”, atestiguó el perjudicado.
“Se llevaron el auto, me dijeron que en dos semanas estaría listo. Pasaron tres meses y me lo entregaron ayer. Está destruido el auto. Es como andar en monopatín. Falla, no sirve de nada. Nadie se hizo cargo de nada”.
Para finalizar, Luis enumeró la gran cantidad de desperfectos que presentaba su Dodge 1500 luego del “arreglo” que le hicieron. Para destacar, ninguno de los frenos del auto funcionaban, ni el pedal, ni el freno de mano.
