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La Selección Argentina le ganó 2 a 1 a Bosnia en el debut del Mundial Brasil 2014

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Enrique Cruz con Sabella – FM SOL 91.5

Lionel Messi – FM SOL 91.5

Alejandro Sabella – FM SOL 91.5

Sergio Aguero – FM SOL 91.5

Gonzalo Higuain – FM SOL 91.5

Ángel Di María – FM SOL 91.5

No funcionó el experimento de Alejandro Sabella. Ese de los 5 defensores, con líbero, marcadores y laterales volantes. La Selección arrancó ganando a los 2 minutos con un gol en contra de Kolasinac, un marcador de punta bosnio. Fue una buena noticia de entrada. Pero lo que siguió muy pobre. Se planteó el desarrollo como si fuera una partida de ajedrez.

Los defensores distribuidos por todo el ancho de la cancha se prestaban la pelota sin buscar sorpresas, variantes de salida: Federico Fernández hacía de líbero. Garay y Campagnaro marcaban. Zabaleta subía y quedaba a mitad de camino. Mascherano quedaba solo en el medio, Maxi Rodríguez no encontraba posición. Un juego lento, aburrido, monocorde, timorato. Antiguo.Ahora que Italia decidió soltarse con Pirlo como bastonero y que se parece al estilo argentino de siempre, nuetra selección se pareció, en ese primer tiempo, a la Italia de hace 20 años: la del catenaccio y la aventura de algún ataque.

Messi, desconocido, bajaba hasta el medio campo para colaborar con el “préstamo” de la pelota. Y cuando quería encarar, la perdía. Agüero, aislado. Di María sin peso. Si Romero, con un par de intervenciones fue el mejor…Sólo dos remates al arco desde afuera del área fue todo lo que ofreció Argentina. Sabella se dio cuenta de su peligroso error en el entretiempo y mandó a la cancha a Higuaín y a Gago por Campagnaro y Maxi Rodríguez. Y quedó formado el equipo de siempre, el que le gusta a Messi. El de los “cuatro fantásticos”. Como debió ser. Claro, el partido ya estaba en desarrollo y Bosnia -equipo sin muchas luces, salvó el 8, Pjanic- decidió buscar. Dzeko, el fantasma que turbó a Sabella, casi no intervino. Pero con mayores espacios para la contra y con Higuaín como referencia de área mejoró el equipo.Hasta que Messi, por fin, se acordó de Messi y encaró una maniobra con su sello. A los 19 minutos, la trajo desde el medio a toda velocidad. Hizo la pared con Higuaín, quien se la devolvió justa, recorrió la línea del área del centro a la izquierda, sorteando piernas rivales y metió el zurdazo goleador. Palo y adentro.

Con eso, le alcanzó para definir el partido. Y por eso fue la figura. Sin demasiados brillos.Romero, el otro punto alto, recibió el gol de Ibisevic a cinco minutos del final con un error: la pelota se le escurrió entre las piernas. Un balance descompensado. Fracaso del dibujo ideado para partidos difíciles que no funcionó ante un adversario sin tantas luces. El equipo de siempre corrigió el error. Victoria 2 a 1 en el debut ante Bosnia. Vale. Pero igual quedó una sensación agridulce. Habrá que mejorar, entonces.

Clarín.

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