La audiencia imputativa contra la titular de la empresa, su madre y un empleado se llevó adelante este viernes en Tribunales. Fueron imputados por “estafas reiteradas” y “falsificación de documentos”
El escándalo de la agencia de viajes que engañó a cientos de santafesinos sumó este viernes un nuevo episodio judicial con la imputación por “estafas reiteras y falsificación de documentos” a los tres detenidos del resonante caso.
Los incriminados son Marcela Liliana Arévalo, propietaria de la empresa y sindicada como la principal autora del delito; su madre, Ana Felice y un empleado de la agencia, Miguel Correa. El próximo martes se realizará la audiencia de prisión preventiva.
Hasta el momento cerca de 160 personas se acercaron a la fiscalía para denunciar a la empresa de turismo.
El abogado de los damnificados Luis Hilbert dijo que “cada día se va acercando más y más gente, hay gente de los pueblos, de otras localidades. Podrían llegar a ser 300 las personas perjudicadas”. Además, afirmó que con “los antecedentes y documentación que están acercando los clientes consideramos que ahora el fiscal va a ampliar la imputación y creo que va a terminar no solo con estafa reiterada y adulteración de documentos, sino también con asociación ilícita. Con todos estos elementos vamos a bregar para que se dicte la prisión preventiva para los imputados”.
El caso
Recordemos que el lunes 2 de enero, un grupo de turistas santafesinos se enteró que sus viajes habían sido suspendidos por parte de la agencia que habían contratado por una supuesta falla de los mayoristas.
Conocida la noticia, los damnificados se agolparon en la puerta de Agencia Maros exigiendo respuestas. Se vivieron escenas de nerviosismo, impotencia, dolor y bronca se fueron sucediendo y creciendo en intensidad a medida que pasaban las horas y la propietaria de la agencia no ofrecía respuestas claras.
El caso fue puesto en manos de la Policía de Investigaciones, que cerca de las 21 -por orden del fiscal en turno- arrestó a Marcela Arévalo y a su pareja. Ambos fueron retirados esposados de la agencia, en medio de insultos y gritos. Ambos están alojados en celdas que la PDI tiene en el sur de la ciudad.
Fuente: Uno Santa Fe/ El Litoral
