Hinchas de Godoy Cruz le dispararon al micro de San Martín cuando ingresaba al Malvinas Argentinas. Durante el juego, tiraron piedras y mostraron bengalas.
Si se pudo jugar el clásico cuyano fue sólo por una cuestión de puntería. O de mala puntería. Vaya a saber cuáles eran las verdades intenciones de los salvajes que no se conformaron con apedrear el micro de San Martín de San Juan en su ingreso al Malvinas Argentinas, sino que también le dispararon con armas de fuego. Sí, ese nivel de demencia se vivió ayer en Mendoza antes de que se juegue el partido entre Godoy Cruz y el Verdinegro. Además de los vidrios rotos por los proyectiles, el vehículo que transportó a los sanjuaninos tenía dos orificios de bala que la Policía Científica analizó. Luego, se llevaron muestras para hacer el peritaje y determinar si dichos orificios eran de ayer o estaban de antes. Aunque para la delegación visitante no hay lugar a la duda. “Ibamos entrando al estadio y sentimos ruidos. Pensábamos que eran pierdas pero después nos enteramos que habían sido balas. Por suerte no hubo heridos. Vamos a estudiar si hacemos una presentación en AFA”, dijo el presidente Pablo Slavutzky. La locura no tiene límite.
Obvio, si los hinchas del Tomba arrancaron así, después, durante el encuentro, mucho menos iban a ser personas civilizadas. Antes de que arranque el match, arrojaron proyectiles. Y cuando Ramiro López festejaba el cabezazo que le permitió al Verdinegro la igualdad, volvieron a caer piedras desde la tribuna local.
Germán Delfino, el árbitro, habló en reiteradas oportunidades con el jefe del operativo, el comisario Miguel Mestre, para confirmar si había garantías para seguir jugando.
Bueno, el clásico logró terminarse, no sin antes ver el show de bengalas rojas de los locales, que obligó a frenar las acciones durante cuatro minutos.
¿El resultado de otra jornada violenta? San Martín hizo la denuncia correspondiente. No hubo detenidos. Siga, siga. Total…
Fuente: SOL 91.5/Olé.
