El exfutbolista que participó con el Sabalero en aquel ascenso, dialogó con SOL 91.5 sobre ese plantel. “Yo en Colón estaba rebien, pero hacía dos años que no jugaba un partido”, dijo.
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Jorge Vivaldo, exarquero que militó en Colón en la temporada de 1993/95 y que es recordado por haber ascendido a Primera División con el Sabalero en 1995 luego de 14 años en la B, dialogó con SOL 91.5 en el programa La Segunda y recordó aquellos años.
Cuando se le consultó qué conclusión saca de ese plantel, recordó: “Yo lo que digo es que era un plantel que tenía mucho sentido de pertenencia, muchos chicos de ahí de Santa Fe que eran hinchas, algo parecido me pasó cuando ascendimos con Chacarita”, explicó el Flaco.
“Y después era el sueño, de saber que ascendiendo nos podía cambiar la vida futbolística a muchísimos de nosotros, poder llegar a Primera División. Yo cuando recién llego era después de que Colón había perdido esa fatídica final contra Banfield (en Córdoba), con el recuerdo de la gente de la caravana y que no era más que una derrota”, dijo Vivaldo.
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El Flaco remarcó que se fue construyendo un buen grupo, recordemos que había jugadores como Leo Díaz, Ameli, Hugo Ibarra, Uliambre, el Pampa Gambier entre otros: “La gran mayoría estuvimos casi cuatro años juntos y fue un proceso hermoso y muy bien conducido”, se refirió al histórico técnico uruguayo Nelson Chabay.
Al respecto de la titularidad, recordemos que Vivas tenía a un gigante en el arco como Leo Díaz que, si es ídolo y recordado en Colón, el Flaco comentó: “La titularidad es lo mejor siempre. Buscarla, intentarla. Yo en Colón estaba muy bien, pero hacía dos años que no jugaba un partido, entonces necesitaba ser feliz, yo era feliz atajando y Leo tenía un nivel espectacular, el equipo andaba mejor”, explicó el exarquero.
Por último, y a modo de humor explicó lo que era la relación con el presidente Vigantti en ese momento: “Ustedes no saben lo que era ir a arreglar un contrato con Vignatti, era más fácil entrar a la jaula de un león y sacarle tres muelas. Salía con ganas de llorar en esas reuniones, pero después sabías que lo que vos arreglabas te lo cumplía”, relató.
