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Entre la ansiedad y la realidad del deporte argentino

Balance: 4 medallas, 10 diplomas olímpicos que significa estar dentro de los diez mejores en esas diez disciplinas. Si lo comparamos con Beijing, ganamos menos en medallas y sumamos mucho en rendimiento con los diplomas, que lisa y llanamente significa clasificar a una serie final, cosa que no nos pasaba hace tiempo.

Si tengo que tener cuenta que no se festejó en el obelisco, ni hubo salidas nocturnas con banderazos, la cosecha fue escasa pero el tema no pasa por ahí. Es cierto que con la medalla de Crismanich varios dirigentes habrán sentido alivio, pero no es sólo eso. La medalla de oro, de alguna manera justifica el hecho de seguir invirtiendo en el deporte en su conjunto. Caso contrario, llegarían todos con caras largas porque después el pedido, o el mangueo, será lamentablemente a prueba de resultados, error que hemos cometido durante años.

A todos nos gustaría haber llegado con más medallas. No debe existir un país tan pasional como el nuestro cuando hay que popularizar a un personaje. Crismanich va a pasar por todos lados, y más allá que lleve la bandera de quien sea políticamente, reitero, el tema pasa por otro lado, seguir invirtiendo.

Nunca escuchamos una queja de un deportista argentino en la etapa previa. Salvo por la animalada del patotero Moreno por tema aduanero y algunos elementos que tardaron, los que participaron de los juegos representando al país, estuvieron satisfechos por la inversión, la preocupación y el hecho de cambiar cabezas y mentalidades. Eso fue un triunfo y mérito de la gestión Morresi.A todos nos gustaría estar hablando del deporte argentino y su desarrollo, pero nos costó años aprender que el Cenard no es una fábrica con empleados a horario, es un complejo deportivo donde los deportistas deben tener todas las condiciones para ser profesionales y estar a la altura, o bien, poder competir a niveles acordes al desarrollo de cada disciplina mundial.

En atletismo, Molinari, Lauro, Suarez, Rosso quedaron entre los diez mejores. Todos fueron sorpresa, ¿porqué?, simple, fueron a participar y allí sabrían a qué altura se encontraban. 

Claro que para el periodismo futbolero, no alcanza, como si fuera tan fácil ¿no? En la natación se podría decir que fue de lo más flojo junto a Dalghren y Alzogaray, las tres notas que por allí sorprendieron porque venían muy bien posicionados y no pasaron de serie. 

Lo del tenis, Del Potro fue el mejor de todos y en dobles, no se alcanzó el objetivo de Suarez, algo que por allí puede ser reprochable teniendo en cuenta la inactividad de la querida tenista argentina. En el yachting marcamos la diferencia y estamos entre los mejores del mundo con Calabrese y De la Fuente.
De los deportes por equipo, casi todo con vigencia y otros con futuro como el vóleybol y el handball. 

El básquet no pudo con el bronce, el hockey no pudo con el oro, y el fútbol…nada, no participó, fracasó como es habitual cuando no se toma en serio el Juego Olímpico desde la composición de los seleccionados. No tiene culpa Sabella, aclaro.

En definitiva, creo que debemos apostar a más inversión. Hoy, la mitad de los atletas no vive de su propio deporte, algo que deben entender los futboleros. Que sepan que la mitad trabaja, entonces no podemos pedir medallas cuando la preparación cotidiana no es full time por motivos lógicos.Desde un par de años a esta parte, pongámosle desde Beijing, se plasmó una idea de desarrollo que se implementó con el consentimiento de todos los atletas, se reacondicionó el Cenard, por primera vez se creó un fondo común con la telefonía celular (no tienen la suerte de AFA con fútbol para todos) y aún así, llegamos bien, no con lo justo, pero bien, no para tirar manteca al techo.

Es decir, con inversión y cabezas que sepan lo que significa el olimpismo, teniendo gente como Morressi, Curuchet (Comisión de Atletas), Moccia (técnico general del COA) y la idea de no queja como variable de ajuste, será más factible que a largo plazo podamos recuperar ese terreno que durante años perdimos a nivel mundial.

Tampoco puede ser que esperemos a ver que dice un programa de fútbol en cualquier canal, para evaluar que hicimos mal y porque motivos no ganamos más medallas. Tampoco podemos esperar a ver qué opina un cerebro como el de Closs, que fue capáz de decir: “¿es necesario llevar tantos deportistas a un juego?”. 

Bueno, a ese nivel, no podemos esperar mucho de un relator que gana una fortuna, y que con el uno por ciento de lo que cobre, es casi una temporada de preparación de un maratonista. 

Entonces, dejemos de lado este tipo de animaladas (y animales) y centrémonos en todo caso, en aquellos colegas que le han dado un espacio siempre al deporte. Aquellos que no hablan detrás de escenarios y con un fierrito casi escondido esperando cometas, si hablo de los que se la pelan, los que se interesan y los que leen más allá de la página 1 y 2 de los diarios.

Esa lucha de la hace alusión Werthein, actual presidente del COA, es cierta. Debe pelear para pedir más fondos en un contexto lleno de mentiras, empezando por el peor de los enemigos, el fútbol.

En el medio de todo, tenemos un fútbol para todos con clubes fundidos y fondos que nadie sabe qué se hace con ellos. Cada vez mas plata para el fútbol, funcionarios enriquecidos millonariamente, y le damos el uno por ciento de la telefonía de celular a los atletas.

Sinceramente, los periodistas de fútbol serían muy caraduras de hablar de olimpismo, cuando ni uno, ni uno solo puede justificar en la justicia ni en el fierrito diario, que corno hacen los dirigentes con la plata de la tele y como hacen para endeudarse más y codearse con los barras bravas. 

En verdad, deberían explicar cómo hacen para difundir un deporte popular que está signado por la corrupción extrema en algunos casos y un presidente que está perpetuado en el poder.

Pero claro, es más fácil hablar de que porque no trajimos las mismas medallas que Beinjing, antes de explicar como hace Independiente para jugar, o como San Lorenzo sigue contratando jugadores, o bien, como taparon a los barras que fueron gratis a Sudáfrica, o sin ir más lejos, cada vez más dinero de fútbol para todos, y nadie habla de donde sale la plata.

De lo que estoy prácticamente seguro, es que la plata del fútbol no proviene de la telefonía celular, sino de los boludos crónicos que creen en el folklore, en eso que ellos mismos alejaron del seno familiar y lo arrancaron para dar lugar a los delincuentes que dieron publicidad y prensa calificada gratis.

Pero es entendible. ¿Qué pueden hablar de Molinari más de lo que dice una planilla o una página web?, ¿qué pueden hablar de Crismanich?, o sin ir más lejos, ¿que pueden hablar de Lauro?

No pueden muchachos, entonces, dejen de lado el deporte y sigan con la joda del balompié, que bastantes cosas debe explicar antes de hablar de olimpismo. Aaa…me olvidaba, no clasificaron a Londres, si, el fútbol, con todas las megaestrellas multimillonarias.

La opinión pública no debe contaminarse de comunicadores exitistas ni futboleros fracasados que no levantaron una copa en su vida.

Brindo por el equipo argentino que fue a Londres, brindo porque no especulamos como España en el básquet, brindo porque nos bancamos las derrotas y saludamos al rival, brindo porque dignificamos la bandera y no mezclamos Malvinas.

Por algo se empieza, que Londres haya sido el repunte.

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