A 20 años de la inundación de Santa Fe
Este 29 de abril se cumplen 20 años de un hecho que quedó para siempre marcado en la memoria de los santafesinos: la inundación. Se trata de la peor catástrofe hídrica de la que se tenga registro en la capital provincial y de la que nadie olvida. El río Salado arrasó con furia en tres días la ciudad de Santa Fe, inundado un tercio de la misma.
Una de las personas que tampoco podrá olvidar la inundación, sobre todo por el rol que cumplió durante la catástrofe hídrica, es el exdirector del Hospital de Niños “Dr. Orlando Alassia”, Santiago Paviotti. Aquel día, el histórico nosocomio quedó bajo agua.
“Los recuerdos son muchos. En esos momentos fueron 24 horas de trabajo. Era yo más toda la otra gente que defendía su casa, su lugar de trabajo y su hospital. Se hizo todo lo posible para volver lo más rápido que se pudo“, relató Paviotti a Sol Play.
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Al ser consultado sobre ese instante en el que las aguas del Salado comenzaban a inundar la ciudad, contó: “El tiempo fue suficiente para que no nos mojemos los pies porque el agua ya estaba entrando. A la mañana hubo una llamada diciendo que el agua no iba a llegar y que no nos preocupemos. En el ritmo diario del hospital no teníamos en cuenta lo que pasaba a 3 cuadras. Me dijeron de ir a ver el barrio Santa Rosa y vimos que la cosa estaba muy fea, pero nunca pensamos que iba a llegar al Hospital. Dos horas después, la misma persona nos llamó para que tomemos las medidas necesarias porque el agua iba a llegar“.
“Poco hubiésemos hecho en dos horas, pero hubiesen sido dos horas secos y que hubiéramos tomado las cosas con más calma. El último paciente salió cerca de las 20 en canoa y atrás nosotros dejando el hospital cerrado con dos metros de agua en algunos lugares. Nos fuimos en canoa y dejando al hospital al resguardo de fuerzas de seguridad“, recordó.
Sobre la reubicación de los pacientes, Paviotti destacó: “Hubo dos lugares porque Santa Fe abrió las puertas en general. El Cullen, el Iturraspe y el Italiano prestaron sus instalaciones. Se fue prestando ayuda de nuestros hermanos (los otros hospitales) y enfermeros. Nos hicieron sentir esos 100 días como que no estábamos en casa de extraños“.
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“La gente quería volver y volvimos, por suerte, a un lugar muy parecido al que dejamos. Se hizo y se recuperó gran parte del equipamiento que se había perdido. Estéticamente era la misma imagen del Hospital y al otro día seguimos con el ritmo que teníamos primitivamente“, afirmó.
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