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Claudia Sánchez, mamá de Lara Arreguiz: “Duele la injusticia de lo que ella tuvo que pasar, cuando ella odiaba las injusticias”

La mujer habló con SOL 91.5 sobre como el COVID-19 le arrebató la vida de su hija, de tan solo 22 años, denunció el accionar de las autoridades que la atendieron, protocolos sin sentido y se lamentó no haberse llevado a Lara a su casa.

Lara Arreguiz

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Claudia Sánchez, mamá de Lara Arreguiz: “Denunció protocolos sin sentidos”

El fallecimiento de Lara Arreguiz de tan solo 22 años que murió por el COVID-19 estremeció a todos los santafesinos. La joven era estudiante en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNL y era conocida por su amor por los animales.

Claudia Sánchez, mamá de Lara, dialogó en SOL 91.5 en el programa Malas Costumbres sobre el trágico desenlace que culminó con la muerte de su hija, señaló el colapso sanitario, mala atención por parte de los profesionales de la salud, protocolos ineficientes carentes de empatía y sentido común. También aprovechó su trágica situación familiar para hacer un llamado a la reflexión para que las cosas mejoren y la gente se cuide más.

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La madre reveló que su hija era insulinodependiente desde los 10 años y comenzó contando un poco de la vida de Lara en Esperanza donde estudiaba y lo rápido que sucedió todo.

El jueves cuando fui con su hermana la noté rara. Me había pedido que le lleve un antialérgico y la note muy callada para lo que era ella”, recordó.

El viernes yo trabajé hasta la tarde. Yo soy docente, teníamos entrega de módulos alimentarios así que trabajé hasta tarde y ella me llama si la podíamos ir a buscar porque no se encontraba bien”, admitiendo que al principio pensaba que se trataba  de un cuadro digestivo que antes había pasado.

Finalmente, el viernes la busca y día siguiente Lara comienza con una voz seca. Le da un jarabe, para evitar ir a un sanatorio porque “enseguida te aíslan, no te atienden y no hay camas”. El domingo como su hija empeoró decidió llevarla al protomédico.

Nos hicieron esperar porque era el cambio de guardia, hasta que nos atendió una doctora le hace una escucha le miden la saturación de oxigeno le miden 91, me dijo que era muy bajo que le iban a pasar oxígeno. Así que la sentaron en un pasillo; le pusieron un biombo una silla de rueda y le pusieron dos horas oxígeno”, narró la mujer y agregó:

No la podían ingresar, porque tenían dos sectores nomas uno con una persona que ya tenía COVID positivo y otro sospechoso”.

En ese momento el diagnostico oficial era “neumonía bilateral y posiblemente COVID-19”. La medica que los atendía les dijo que les iba a dar una orden para que mañana la traigan a hacer una placa y hacer un hisopado.

La dejaron allí sentada dos horas, la médica se fue al otro lado del hospital a atender la guardia. Ella (su hija) empezó a sentirse mal porque le bajo la azúcar. Se midió y le dio 70, el papá se fue a comprarle algo para comer. Entonces golpeo donde me dijeron que no la podía ingresar y sale un enfermero”, contó la mujer.

Al enfermero le consultó si podía llamar a la médica para que la atienda a su hija, pero le respondió que tenía que esperar que la doctora deje de atender en la otra guardia.

“Que espere como todos”, le respondió y le cerró la puerta, Lara vio esta situación y se enojó por lo que le exigió los enfermeros que la atiendan. Terminaron discutiendo con los profesionales hasta que finalmente vino la doctora quien les recomendó llevarla a su casa porque “allí no tenían lugar para internarla y menos con las condiciones de ella con la diabetes, por lo que le hicieron caso.

Al otro día fueron de nuevo, le hicieron los estudios y le recomendaron llevarla al Hospital Iturraspe si se vuelve ahogar la van a derribar a un sanatorio. Los medicos allí se sorprendieron que no la hayan medicado a su hija, a lo que le dan un antibiótico el cual según Claudia no le iba a alcanzar ni para una semana.

Lamentablemente su hija empeoró y se fueron rápidamente al nuevo Iturraspe. En el nosocomio la mujer rápidamente advierte del estado de salud de su hija, con la documentación que lo acreditaba.

Bueno siéntela ahí y anótela”, le respondieron. Después de completarlos formularios de todas formas la hicieron esperar.

Ella se empezó a descomponer allí sentada”, dijo la mujer.  Tras empeorar su cuadro Sánchez reclamó y finalmente la hicieron pasar a un pasillo con tres consultorios “el de enfermería que atienden a todos como una revisión general y después te hacen esperar si es para respiratorio o guardia común que están uno a lado del otro en el mismo pasillo, los de respiratorio esperan en el pasillo y los de guardia lo hacen pasar de a uno. Pero toda la gente pasa por el mismo lugar al igual que cuando ingresamos es todo por el mismo lugar. Lo único que separa la gente peligro es una cinta que dice ´peligro´ para separar una ventanilla de la otra, pero después es el mismo ambiente. Eso es lo que a mí me enoja… de que después no me prestarán una camilla para que se acueste y se acostó en el piso. Porque por el protocolo no presenta una camilla porque se pueden contagiar y estamos todos en el mismo lugar… eso me dolió muchísimo”, relató y compartió Sánchez sin ocultar su malestar.

Como su hija se quería acostar, la profesora (su madre) le pidió utilizar una camilla a un agente de seguridad del lugar, pedido que fue rechazado. Lara finalmente se acostó en el piso por insistencia de ella misma; utilizando una campera de una señora para taparse y el bolso de su madre para reposar su cabeza.

Al rato un médico alerta sobre la situación de Lara y llama a un colega, pero su colega termina llamando a otra persona que estaba esperando allí, la cual tenía un cuadro menos grabe que Lara.

Cuando ingresamos el doctor que la atendió le dijo que le iba a agregar un antibiótico más, porque el al que le dieron le faltaba un antibiótico más y unos paff y que la lleve”, indicó la mujer que insistió para que internen a su hija por su diabetes. Paradójicamente le dijeron que no porque ella era de riesgo.

Justamente le digo yo, ¿De qué se va contagiar si ya tiene positivo? Necesito que la atiendan porque en mi casa yo no sé si con la medicación le sube o no la azúcar”, increpó al doctor.

Nosotros no podemos derribar a sanatorio porque es con obra social”, le respondió el médico. Sánchez insistió que le den una derivación que ella la lleva.

Finalmente, la iban internar en el lugar. Después de unos análisis.

Claudia espero en el Hall del lugar por su hija. Pero comenzó a recibir mensajes de Lara; de que tenía hambre luego, sed. Tardando horas en alcanzarle las cosas que le compró su madre. Peor aún Lara le dijo a su madre que nadie le medía la azúcar y nadie la atendía.

Otra doctora le informó que van a pasar a su hija al Iturraspe viejo. Todas esas horas estuvo mal atendida ignorando su cuadro de diabético.

Claudia reveló la última vez que vio a su hija fue cuando la ayuda a subir a la ambulancia. Desde el hospital le dijeron que no iba a poder visitarla e iba a tener que aislarse por contacto estrecho.

Pero su padre si podía ir a verla porque no viva con ellos y ya había tenido COVID. Su papá la vio dos días a través de una ventana quince minutos, Claudia le escribía todos los días a su hija, quien le respondía siempre que se sentía mal.

El miércoles me llama la doctora por que no podía controlar la azúcar le subían mucho los niveles entones le iban a poner un goteo constante de insulina para mantenerle la azúcar baja. Después me vuelve a llamar el jueves para decirme que la iban a pasar a terapia intensiva; que el aparato no se lo podían apagar porque le disparaba el azúcar; pero la parte respiratoria no podían hacer nada, que estaba todo muy tomado que le quisieron poner una cámara de oxígeno y no lo soportó, que ella no se podía quedar boca bajo, que es propia de la edad que está muy molesta”, narró Sánchez.

Lamentablemente a las tres de la mañana Claudia recibió el llamado del padre de Lara y le dio la triste noticia: su hija había fallecido; tras tener tres paros respiratorios.

No me lo podía creer no me lo esperaba, no me lo esperaba”, reveló la mujer.

La profesora reveló que su hija se cuidaba mucho pero el lunes y el martes fue al gimnasio (en Esperanza donde se podía), y apenas se enfermó aviso a sus compañeros.

A mí lo que realmente me duele es que si yo sabía que mi hija si iba a morir igual me la hubiese dejado en mi casa la hubiese tenido contenida”, se lamentó la mujer.

Claudia dijo que hizo caso a las recomendaciones médicas.

La mujer señaló que vio el como la parte de respiración/oxigeno estuvo siempre llena de gente, nadie en un cuadro tan grave como el de su hija, pero nunca dejo de haber gente.

También recalcó que casi no hubo sanitación. “De las 9 horas que estuve allí una sola vez pasar a las chicas con ese trapito”.

La mujer volvió a apuntar a la camilla que no le prestaron, “todo el tiempo que estuvo allí nadie uso la camilla”.

Cómo que quieren seguir y respetar los protocolos y los horarios y los tiempos… pero los protocolos allí no existen porque todos ingresamos por el mismo lugar y solamente una cintita de peligro separa la ventanilla de COVID-19 de la ventanilla de guardia general”, reveló.

“¿De qué protocolo me hablan si están todos en el mismo lugar?, reflexionó la mujer.

A pesar de la desgracia familiar que atravesó Sánchez apuntó a la dicotomía salud educación.

También me duele cuando la gente se queja ´los chicos no van a la escuela´. Ya está ahora la prioridad es cuidarnos. Déjense de joder si va a haber clases o no”, sostuvo.

“La escuela no es una guardería”, comentó.

Finalmente, la docente reveló el gran protocolo que siguen en los colegios y recordó la vida de su hija.

Escuchá la nota completa del fuerte testimonio de  Claudia Sánchez

 

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