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Santa Fe

“A mí la fragata me abrió las puertas al mundo”

Desde 1985 hasta hace escasos días, Luis Ángel Suárez estuvo en la Fragata Libertad. Debió abandonar la nave cuando toda la tripulación recibió la orden directa de evacuación por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a raíz de que la embarcación se encuentra retenida en Ghana por orden de un juez debido a un reclamo de los fondos buitre.

Suárez retornó a nuestro país, más precisamente a su Ceres natal y desde allí, sigue atentamente lo que sucede en el puerto de Tema. El Subte (SOL 91.5), se comunicó con este santafesino para conocer su trabajo y los detalles de lo sucedido durante su estadía en Ghana.  

“Tengo mucha incertidumbre, como la mayoría de los tripulantes, de sus familiares y los que queremos a la Fragata Libertad, pero con un poco de esperanza porque se apeló a un foro internacional como el Tribunal del Mar que le tendría que dar la razón a la Fragata que está detenida ilegalmente”.

En sus dichos, Suárez se refirió a que Tribunal del Mar fijó para los días 29 y 30 de noviembre las audiencias entre la Argentina y Ghana por la situación de la fragata.

El ceresino mantiene aún contacto con los tripulantes que quedaron en la costa oeste de África en cumplimiento de su deber y a las órdenes de la jefa de Estado. 

Los primeros momentos vividos al arribar al puerto de Tema fueron relatados por Suárez. “Nosotros llegamos allá el lunes 1 de octubre. Fue una llegada normal, como a cualquier otro país. De hecho se hizo la recepción a bordo, porque la fragata es embajadora de buena voluntad en todo el mundo por lo cual cumple con una función diplomática. Vinieron todas las autoridades de Ghana incluso. Al día siguiente, la Justicia de ese país toma la causa de los fondos buitre y da la orden de retener la fragata. Ahí mismo se nos comunicaron las condiciones a nosotros y las precauciones que teníamos que tomar”.

Según el cantinero del barco, la tripulación no tenía libertad para circular por las calles de la ciudad. “Todos los días nos ponían un micro y nos llevaban a un centro comercial. Ahí podíamos comunicarnos con las familias y comprar lo que necesitábamos. A eso de las cinco o seis de la tarde, ya nos llevaban de vuelta; porque de noche no podíamos salir en ningún momento”.

Lo más molesto para los compañeros de Suárez que aún permanece en Ghana, fue que hubo algunos días en los cuales no pudieron bajar e incluso tuvieron momentos en los cuales quisieron entrar por la fuerza a la fragata y tuvieron que mostrar las armas. 

La historia de este santafesino está muy arraigada con la embarcación en cuestión, por eso se niega a que nustro país renuncie a los derechos de recuperarla. “Yo venía de una condición de vida muy humilde y a mí la fragata me abrió las puertas al mundo. Yo conocí muchísimos países de esta manera. Además, era mi trabajo. Nadie sabe lo que va a pasar ahora, porque estamos todos con la misma incertidumbre que cuando estábamos allá. Yo espero que todo se resuelva y que me llamen para ir a trabajar. Hoy por hoy, soy sólo un desempleado más”.

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