El estadounidense Sam Querrey huyó del país por temor a ser hospitalizado. Si bien se sabe que está en “un país de Europa”, todavía se desconoce su paradero exacto.
El tenista se expone a una dura sanción por romper los protocolos
El tenis no quedó exento de los efectos de la pandemia de Covid-19, con varios casos positivos dentro del tour masculino. Pero, más allá de las polémicas que se habían desatado, hay un jugador que fue mucho más lejos, y que tomó una decisión puso en jaque a la estructura del circuito ATP.
El estadounidense Sam Querrey, de 33 años y que está 49° en el ranking mundial, dio positivo al examen de Covid-19 que se realizó cuando ya estaba instalado en San Petersburgo, donde iba a disputar el torneo que se juega en esa ciudad. También dieron positivo quienes lo acompañaron allí: su esposa Abby y su pequeño hijo Ford Austin, de apenas ocho meses.
Ben Rothenberg, periodista del New York Times, contó lo sucedido luego en un post en redes sociales: “Querrey y su familia recibieron instrucciones para permanecer en cuarentena por 14 días en el hotel en San Petersburgo. Sin embargo, Sam recibió luego un llamado de alguien vinculado a las autoridades de salud de Rusia, que dijo que la familia iba a ser visitada por un médico, y si se les detectaban síntomas, podrían verse obligados a ser hospitalizados“.
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“Como los Querrey estaban experimentando lo que entendían como síntomas leves, temieron que alguno o todos los miembros de la familia fueran hospitalizados en Rusia, y especialmente preocupados por su hijo de ocho meses, del que no querían estar potencialmente separados dentro de un país extranjero“, agregó.
“Así que Querrey, que en varios partidos importantes de su carrera mostró parches de un sponsor de jets privados, decidió pagar un avión particular para llevar a su familia fuera de las fronteras de Rusia, lejos del alcance de las autoridades sanitarias. Los Querrey fueron llevados a lo que se describió como ‘un país cercano’, que no requería un test negaivo para ingresar. Ahora están permaneciendo en un AirBNB en ese país“, contó Rothenberg.
La ATP tomó nota de lo sucedido y lo calificó como “una infracción grave“, al mismo tiempo que señaló que “estamos tomando este incidente con mucha seriedad y comenzó una profunda investigación“.
Fuente: La Nación
