Sufrió un accidente que le dejó secuelas, pero cada día, es para ella una nueva oportunidad de superarse, entrenarse y seguir adelante, siempre con una gran sonrisa. Un ejemplo de lucha, constancia y sacrificio. Contó su historia en El Imán.
Un 14 de febrero de 2001, Andrea iba en moto por Ruta 1, venía un colectivo de frente y relató: “Un auto sale de atrás y no me ve y me come con la parrilla del auto, nací de nuevo. Yo escuchaba que hablaban y cuando dijeron de amputarme, ahí reaccioné y les dije amputación no, llevame a la guardia”.
Ella era Profesora de Matemáticas, especializada en adultos. “Era” porque explica que aquella profesión dejó de hacerla desde el momento que le ocurrió este hecho, hoy no da más clases.
Lema en su vida:
Andrea continuó relatando acerca del accidente y lo que siguió en su vida y aseguró: “Fue un espíritu de supervivencia. Creo que hay una muy buena energía previa, el carácter, la buena estrella con la gente que uno se rodea. Mucha gente que estuvo y colaboró para que esto así sea. Quien me atropelló, nunca le vi la cara. Pero no se puede vivir en el dolor, el rencor. Hay que seguir adelante con lo que sea que suceda”.
Respecto a su recuperación, la misma llevó mucho tiempo y contó: “Fueron años y meses. Dos años en casa con un tutor y el andador, cuando el norte era poder levantarme sola. Así estuve más o menos 4 o 4 años y medio. Fue largo”.
Además manifestó: “No era una persona con paciencia, soy ansiosa e intolerante. Sigo, pero en menor grado. Aprendí a convivir con eso. Porque la realidad me dijo, cambiá asimila, porque si me pongo ansiosa me caigo, me infecto”.
Agradeció a los profesionales importantes en su vida: “El Dr. Morales en Santa Fe. El Dr. Capomassi en Rosario; cada uno con sus respectivos equipos. Los enfermeros de cada una de las Instituciones en las que estuve internada. Yo también tengo una actitud de integración al equipo”.
¿Qué le dio el deporte? Definió: “Vida. Yo sentí que volví a nacer, el día que me pude pegar la primera ducha sola, después de 3 años y 4 meses”.
La vida de Andrea hoy: “Hoy yo camino, deambulo con una férula, con un zapato ortopédico y si, ya me desenvuelvo bastante sola. Estoy autoválida, que le llamo. Al entender que esto iba a ser para toda la vida, intento transformar la rehabilitación diaria en entrenamiento. Psicológicamente me ayuda más y que el día que no hago nada me duele todo. Tuve 23 cirugías. Esas grandes, cuando llueve, duelen. Voy a la montaña, hago trecking, llegué hasta el Aconcagua. La idea es proponerse objetivos, pero realizables”.
“Me tengo que dedicar a los deportes porque es salud y una decisión de vida”.
Andrea Fainberg en El Iman – SOL 91.5:
Andrea Fainberg – Segunda Parte – El Imán, Sol 91.5:
